Andando voy un camino,
y el río es mi amigo,
su corriente es cantarina,
sus aguas puras y finas.
Mi alma se asemeja a sus
aguas, pero no es tan pura
ni tan blanca, está manchada
por el paso de los años, que
me han hecho caer una y otra vez.
Mis amigos de antaño me
olvidaron, y en los momentos
de apuro, ninguno me tendió
su mano y uno tras de otro,
se fueron alejando.
Como la corriente de este río
que me acompaña, ella,
también se irá y nunca
jamas volverá
A.R.G.
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