viernes, 23 de noviembre de 2012

Belen Viviente en España



Belenes Vivientes en España



Un Belén es una lección de historia que los vecinos de la localidad preparan para anunciar que ya ha llegado la Navidad. Se representa el Nacimiento de Jesús, se explican episodios de la Biblia in situ, el teatro y la alegría inundan nuestros pueblos.
Como en las mejores salas, pero muchas veces en las calles, los belenes vivientes tienen una programación específica. Algunos hasta ya son profesionales que aglutinan a más de 300 personas (como el de Arcos de la Frontera), otras tienen una larguísima tradición (como el de Beas, desde 1970). En este post recogemos cuatro de los Belenes Vivientes más famosos de España.

Lope de Vega Escritor y Poeta Español



             

Lope de Vega



Lope de Vega
Lope de Vega fue un gran escritor nacido en Madrid en el año 1562 y fallecido en esa misma ciudad en 1635. Era hijo de una pareja de humildes campesinos y, por cuestiones económicas, no llegó a terminar el bachillerato. Fue un autor sumamente prolífico que cultivó diversos géneros, entre los que se encontraron la narrativa, el teatro y la lírica. Algunas de sus creaciones más destacadas fueron "La Arcadia", "Los pastores de Belén", "Fuente Ovejuna" y "El perro del Hortelano"; estas últimas representan seguramente los mayores logros obtenidos por este autor, ya que lo convirtieron en un icono innegable para la literatura española del siglo XIV.
En su poesía se nota una clara influencia de la lírica de Góngora, aunque más cercana al lenguaje coloquial. De todas formas es necesario aclarar que el verdadero carácter renovador de Lope de Vega se encuentra en sus obras dramáticas; estaba convencido de la necesidad de presentar historias que fueran realistas y donde se entremezclara lo cómico y lo trágico, tal y como ocurre en la vida real. Su legado es vasto y variado, y a continuación ofrecemos una amplia selección de sus escritos; si bien todos merecen la atención de los lectores, podemos recomendar "Canta pájaro amante".




Dormido Manzanares discurría
en blanda cama de menuda arena,
coronado de juncia y de verbena,
que entre las verdes alamedas cría;

cuando la bella pastorcilla mía,
tan sirena de Amor como serena,
sentada y sola en la ribera amena,
tanto cuanto lavaba nieve hacía.

Pedíle yo que el cuello me lavase,
y ella sacando el rostro del cabello,
me dijo que uno de otro me quitase;

pero turbado de su rostro bello,
al pedirme que el cuello le arrojase,
así del alma, por asir del cuello.Firma de Lope de Vega

San Juan de la Cruz Poemas Español

                                         


                                                 POESÍAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ 

ÍNDICE DE LAS POESÍAS
Cántico espiritual (CA)
Noche oscura
Llama de amor viva
Entréme donde no supe
Vivo sin vivir en mí
Tras de un amoroso lance
Un pastorcico solo está penado
Que bien sé yo la fonte que mana y corre

ROMANCES
En el principio moraba
En aquel amor inmenso
Una esposa que te ame
Hágase, pues, dijo el Padre
Con esta buena esperanza
En aquestos y otros ruegos
Ya que el tiempo era llegado
Entonces llamó a un arcángel
Ya que era llegado el tiempo

Encima de las corrientes
Sin arrimo y con arrimo
Por toda la hermosura
Del Verbo divino
Olvido de lo criado
Cántico espiritual (CB)                                             
NOCHE OSCURA

Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de
la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la
negación espiritual. 

1. En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.

2. A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!,
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

3. En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

4. Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

5. ¡Oh noche que guiaste!
¡Oh noche amable más que la alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada!

6. En mi pecho florido
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba

7. El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería
y todos mis sentidos suspendía.

8. Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.


                                                                           


                                                                   

Juan Ramón Jimez Platero y yo


    Platero y yo es una narración lírica de Juan Ramón Jiménez que recrea poéticamente la vida y muerte del burro Platero, dedicado «a la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del Sol que me mandaba moras y claveles» y formada por breves capítulos. Es muy célebre el primer párrafo:
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Cuando en 1917 se publicó la edición completa, compuesta por 138 capítulos (Editorial Calleja, Madrid), quedaba claro que Platero era un texto adulto, aunque por su sencillez y transparencia se adecuara perfectamente a la imaginación y al gusto de los niños. Algunos capítulos encerraban una cierta crítica social, revelando una dimensión del autor que muchos tardaron en advertir. El propio Juan Ramón, en un «prologuillo» a la edición aclaraba: «Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren».
El poeta tenía la intención de ampliar el texto hasta los 190 capítulos; de hecho, existen tres adicionales, escritos en la década de 1920. Juan Ramón planeó también una segunda parte, denominada Otra vida de Platero, de la que incluso esbozó algunos títulos. Un proyecto que, como el de publicar Platero y yo en cuadernos sueltos, no llegaría nunca a ver la luz.
Por la cuadra en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores...




      
1ª edicción de Platero y yo de 1914




PLATERO Y YO
Capítulo 1- Platero
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
-Tien' asero...
Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.