lunes, 8 de abril de 2013

Resumen de Juan Salvador Gaviota



On the Fly Arte por Irene Suchocki           Time Out V Lámina giclée por Carlos Casamayor




El sol de nuevo pintaba de oro las olas de un mar tranquilo. El silencio se rompe cuando de pronto una multitud de mil gaviotas rasgan el aire con sus alas, el sonido de sus graznidos llega hasta el final de la playa, es la hora de comer.
Juan salvador gaviota está solo sobre el acantilado, vate sus alas de nuevo, otro intento para que su vuelo vaya alcanzando la perfección que él busca. No tiene necesidad de comer, solo de practicar y practicar, sube cincuenta, cien metros, doscientos, trescientos, lanzándose en picado a una velocidad de cien kilométros por hora, el mar se va acercando peligrosamente Sabe que un pequeño error, terminará con su vida, pero en el último instante, hace un suave giro de sus alas y reemprende el vuelo hacia las alturas, el mar se aleja tan rápidamente como en la bajada, esta vez lo ha conseguido, su vuelo es casi perfecto, pero piensa que aún podría hacerlo mejor. El resto de las gaviotas forman una algarabía en la playa, pero a él no le interesa esa convivencia, solo quiere que su vuelo sea perfecto. Es su vida, su logro, su meta, y hasta que no lo consiga seguirá sobre el acantilado practicando, aunque en unos de los intentos, tal vez pierda la vida.

                                                                               A.R.G

LOS GITANOS EN ESPAÑA



Los gitanos en España

Llegada a España

En España se cree que llegaron hacia 1415, dispersándose y viajando después por todo el país. Las relaciones entre la población local y los gitanos fueron en general buenas durante el siglo XV.5 Sin embargo, a partir de 1469, con la llegada al trono de los Reyes Católicos, la situación cambió radicalmente, presumiblemente a causa de la búsqueda de la homogeneidad cultural en España, lo cual era la característica propia de la unión de las dinastías hispánicas. Las autoridades dieron a los gitanos un plazo de dos meses para que tomaran un domicilio fijo, adoptaran un oficio y abandonasen su forma de vestir, sus costumbres y su idioma, so pena de expulsión o esclavitud. Se buscaba la unificación de los súbditos en toda la Península, siendo el ideal al alcanzar la centralización del poder político, la existencia de una única religión, una única lengua, una única cultura y, por consiguiente, una única manera de ser. De tal manera, Las Cortes de Castilla de 1594 emitieron un mandato tendiente a separar a los «gitanos de las gitanas, a fin de obtener la extinción de la raza»,5 vaticinando la política de las prácticas de esterilización que seguirían otros monarcas europeos de la Edad Moderna.
En 1633, una pragmática negó a los gitanos el carácter de nación y prohibió incluso el uso del término gitano en el reino.