domingo, 1 de junio de 2014

El descanso De La golondrina

Esta foto es Akhiro Okahista

Antes de comezar su periplo de miles de kilométros, esta ave, reposa, también espera a que vengan los demás, y todos juntos comenzar su ruta como cada año.
Mas adelante escribiré un relato sobre ella.
A.R.G.

Poemas de Alberto Díaz Moralejo



Añoro la dársena de tus ojos, las caricias que no me diste, tu aliento que nunca me llegó,
añoro la sensación de querer que me quieras, la revolución de tu risa, de esa alegría que alentaba mi necrosada ilusión,
añoro los paisajes que vi o imagine ver contigo, tu presencia en mi cama, la que nunca tuve y el vendaval de tu boca.en mi espalda.

Alberto Diaz Moralejo

Reservo recuerdos dormidos Alberto diaz Moralejo



Reservo recuerdos dormidos en los pliegues de mi alma, para cuando el olvido venza a la memoria y el recuerdo no sea mas que un campo in fértil y vacío y el recuerdo que acerca el viento de unas pestañas, con el aroma de unos ojos abiertos a la esperanza y al amor, un amor que yo desee, pero nunca quiso atracar en mi puerto porque puso en medio un mar de indiferencia hacia mi. Reservo y conservo tantos recuerdos de mi madre sufriendo en el intento vano de hacer volar mis alas, recuerdo mi niñez con la sensación estar en la butaca de un cine, contemplando como la vida pasaba en colores. Reservo el recuerdo de promesas falsas, de políticos que renuncian a ideales por dinero, que cambian sus principios, engañando a las masas,son los que después van a misa para prepara su mas allá y lavar su umbría conciencia aquí.Reservo los recuerdos para no olvidar traiciones que traicionan las almas de los mas débiles, sometiéndoles a la miseria y el hambre del cuerpo y de la esperanza.

                                                  Alberto diaz Moralejo

Me subí en alas de un beso poesía de Alberto


Me subí en alas de un beso


Me subí en alas de un beso, para intentar atraer tu amor, dirigirlo hacia mi persona y cuando tu vida precisó de auxilio, salí presto con los despojos de la mía, para socorrer tus angustias.
Desnude mi casa para acomodarte en cualquier rincón que te gustara. Hoy los recuerdos golpean mí cabeza, acuden a mí, como se visita una estación fuera de servicio, para ver sus ruinas.
Ahora me quiero volver a subir en las de ese beso que no permitiste depositar en tu persona, para alejar mi pensamiento de tu aura y seguir vagando mi vida en dirección quizás... a la tuya.

Alberto