Los picos de Europa Tresviso
Tresviso se encuentra situado
en las cumbres de los picos de Europa, colgado entre la tierra y las nubes.
También parece suspendido en el tiempo, aquí pasa despacio, nada cambia, los
silencios son eternos hay pureza de paisaje, es un entorno rico en vegetación
de difícil acceso pero todo aquel que llega a este lugar se queda extasiado
ante tanta belleza.
Este bello pueblo te ofrece
espectaculares vistas desde las cumbres de este macizo montañoso, donde sus valles
descansan tranquilos a sus pies.
La vegetación es caprichosa en
estos parajes, ofreciendo distintos microclimas. Los ríos de aguas heladas
discurren entre grandes peñascos salvando alturas y formando bellísimas
cascada, que parecen hilos de la más pura plata.
Aquí la naturaleza es la
principal protagonista de todo el entorno, adornándose de bellos colores y
contrastes.
Los atardeceres donde el sol
se despide con un suave abrazo del día, para pintar mañana un nuevo amanecer más
bello si cabe que el anterior.
Pero el sol se resiste a dejar
estos parajes manteniendo una lucha diaria, lanzando sus últimos rayos sobre
las cumbres como queriéndose agarrar, pero sus rayos sucumben al manto de la
noche, que cubre toda su luz. Convirtiéndolo en oscuridad, para que los habitantes
de la noche tengan también su oportunidad
Este lugar es de ensueño, es
tan bello que parece irreal, su paleta de colores es extensa, jugando con la
piedra, arbolado, y el río que baja formando melodías al chocar sus aguas
raudas contra las piedras, salta de barranco en barranco, hasta que llega al
fondo del valle ahí pierde bravura, pero sigue alocado en su carrera hacia el
mar.
Tresviso está rodeado de altas
montañas cual guardianas celosas de la belleza que esconde este bonito pueblo.
Protegiendo diligentemente sus habitantes tradiciones heredadas de sus
ancestros, y que ellos practican como si de una religión se tratara, inmutables
al paso del tiempo y las tecnologías, que aquí prácticamente no tienen cabida.
Este hermoso pueblo acoge a todos los que quieran visitarlos, pues se sienten
orgullosos de su entorno, como es su fauna, aves rapaces, que cual señoras del
aire exhiben su vuelo majestuoso, para deleite de todos aquellos, que guardando
el no contaminar con deshechos o ruidos acústicos este lugar, siempre serán
bien recibidos.
Aquí el tiempo transcurre sin
prisas, ni ruidos, solo rotos sus silencios por los cantos de las aves, el
ruido del río, o el aleteo de las señores del aire, la pizarra sobre el dalle,
o el carro lleno de hierba camino del pajar, los silbidos con los que se
comunican de barranco a barranco, o los campanos de las reses que pastan en las
alturas. Y también los días de fiesta rompe este silencio, la campana de la
iglesia llamando a sus feligreses, o cuando alguien fallece, o en las fiestas
del pueblo. Pero en general por las noches y amaneceres se oye el silencio,
A.R.G.
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