El señor
Anduviste por la tierra.
Fuiste hombre y creador,
tú predicaste el amor,
pero nadie te escuchó.
Te tacharon de rebelde
y te persiguieron a muerte.
Tú sabias tu destino y
aceptaste lo escrito.
Eras el hijo de Dios y el
quién te mandó.
Fuiste el cordero divino
que por nosotros murió
A.R.G.
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