miércoles, 13 de junio de 2012

En El Pueblo Mis amigos los mayores que no viejos

Ayer estuve comiendo en casa del Pinto en el pueblo, pasé un día estupendo. Sentí de nuevo la nostalgia de mi niñez, aquella cocina de carbón, con su deposito para el agua caliente. La hermana preparó una alubias pintas al amor de la lumbre, tenían un poco de costilla, una morcilla de año, y morcilla de arroz, además de un buen trozo de tocino blanco, se fueron haciendo poco a poco. estuve en la huerta, ésta estaba entera sembrada por cuadros había de todo, patatas, cebollas, ajos, puerros, pimientos, tomates, acelgas berzas, éstas ya estaban espigadas, también había otro cuadro con repollos, junto a estos, las judías verdes y blancas, en fin que aquello es una despensa natural, y hablando de despensa, os diré que aún tienen una fresquera, como antiguamente, bien es verdad que tienen nevera, pero siguen usando la fresquera para algunos productos. En lo que era la cuadra y el pajar, han hecho una vivienda para cuando vienen los hijos en verano. Esto ya es moderno, tienen lo último en electrodomésticos
Llevaban muchos años, sin venir en verano, pero desde que empezó la crisis, acuden todos, hijos y nietos y se pasan el verano en el pueblo, los mozalbetes se resistieron, pero al final no les quedo otra. Los sábados bajan a Torrelavega y se quedan en casa de los otros abuelos, pero como están algo pachuchos, no les dejan quedarse más, así que el domingo camino del pueblo otra vez, y así hasta el próximo sábado. en fin que se está volviendo a lo antiguo, ¿quién nos lo iba a decir cuatro o cinco años atrás, pero la vida da muchas vueltas y hay que guardar, cuando hay abundancia, pues cuando no hay nada, poco se puede guardar, ésta es la filosofía de los abuelos del pueblo, a quienes la crisis no les ha cogido desprevenidos, pues ellos nunca han gastado más de lo que tenía. Pero no así sus hijos, que ahora están asfisiados por hipoteca, créditos y demás zarangazas, eso dice el tío Tomás hombre de noventa años, que tiene la sabiduría que le han dado los años y los palos de la vida, Aún con todo, el piensa que este varapalo biene bien de vez en cuando, pues se habían acostumbrado todos los de las ciudades y pueblos grandes a consumir de todo sin pensar en las vacas flacas. En cambio aquí pueblo pequeñito siempre se ha vivido igual, hombre alguna mejora ha habido, pues la parienta tiene lavadora, en vez de ir al lavadero a chupar frío, él no está en contra del progreso, pero todo con tino, como el dice. En fin que volveré, ha sido uno de los mejores días de mi vida, y se lo he prometido.
Me despedí a eso de las siete, y volví a casa renovada tanto mentalmente como físicamente, pues he respirado aire puro, he conversado en la calle con todos y cada uno de los vecinos, y he aprendido un poco de la filosofía de la vida.
Hasta la próxima lección
                                                                                                                              A.R.G.

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