jueves, 31 de mayo de 2012

LO IMPOSIBLE POESÍA

La Tierra y la Luna
                                                    


     LO IMPOSIBLE


Un niño trataba un día
de coger entre sus dedos
la claridad del día,
más como no podía,
intento coger entonces un
puñado de agua fresca,
pero el agua se le escapaba.
Entonces pensó, en coger la luna
cuando estuviera quieta
sobre el río.
Esperó la noche sentado en
una piedra.
Cuando la luna llegó,
el se agachó.
hechó la manos,
pero todo fue en vano,
la luna se le escapó   

                                                                                  A.R.G.

miércoles, 30 de mayo de 2012

ALEGRE EL PERRO FELIZ cuento


ALEGRE EL PERRO FELIZ Historia real

Alegre era un perro que apreció un buen día por la placita que está junto a la iglesia. Donde todas las mamas llevan a sus hijos a pasar la tarde y darles la merienda, una tarde de primavera a eso de las seis, apareció era blanco y negro de tamaño mediano, se colocó al lado de una de las madres la miró y se puso hacer cabriolas. El niño como de un año que no quería merendar ni bien ni mal, al ver al perro hacer monadas, empezó a comer, la madre entusiasmada, el perro seguía dando brincos, al final el niño se lo acabó todo, y de esta forma fue por todos los jardines, y algo le caía. Así comenzó la vida de este perro que nadie supo nunca de donde vino, pero que les alegraba las tardes y mañanas.

Poco a poco todas las madres le traían cosas. Un día una de las madres dijo: -no tiene nombre- -otra respondió- pongamosle Alegre, y así de esta forma fue bautizado, jugaba con los niños, y si se acercaba algún otro perro él los hacia frente, y ponía en alerta alas madres.

Alegre pronto fue un cliente de dos bares, se las apañó para desayunar gratis, un día iba a uno, otro día iba al otro, pero no se saltaba la rutina por nada, parecía que llevaba reloj, a las nueve en punto se presentaba en la puerta, hacía sus cabriolas, a cambio recibía un suculenta desayuno, a la hora de la cena lo mismo. Después se iba enfrente del bar, bajo un escaparete a dormir, pronto se encontró una cama, alguien la había depositado, junto a un bebedero de acero inoxidable, y así aquel pequeño hueco, fue una confortable caseta, la verdad le vino bien pues el otoño estaba a punto de finalizar, y el invierno se presentaba crudo.

Durante tres largos años fue la alegría de jardines y plazas, todos en la pequeña ciudad de provincia le conocían, resultaba curiosos, ver como esperaba al cambio de los semáforos, para moverse de un lugar a otro.

Al finalizar casi el invierno, una noche los del bar se preocuparon, Alegre no había ido a cenar, esperaron hasta las diez, y al ver que no venia, fueron donde él se cobijaba. Allí estaba con mirada triste, no se movió cuando le llamaron, algo le pasaba, después de deliberar un rato, decidieron llamar a un veterinario, que paraba por el bar, y que conocía muy bien a Alegre. Este vino enseguida, le examinó, y volviéndose hacia un montón de gente que ya se arremolinaba para ver que pasaba, les dijo: -No hay nada que hacer, le han envenenado, le dio un calmante y las dos horas se murió.

Por la mañana la noticia corrió como la pólvora, nadie se explicaba el porqué, no hacia daño a nadie, era Alegre, tampoco era abusón, alegraba las plazas.

Nunca se supo quién hizo aquella barbarie, lo que si puede decir es que esta historia es real, y que el periódico local, lo sacó en la primera página. Con una dedicatoria que decía: "Hasta siempre Alegre"

lO QUE PUEDO DECIR ES QUE DURANTE UN AÑO O MÁS FUE UN PERRO QUERIDO Y FELIZ
                                                                                                                                  A.R.G.
Era más o menos como este

martes, 29 de mayo de 2012

Mis Amigos los mayores que no viejos

Ayer me encontré en el paseo con mis amigos. Son mayores y por eso tienen sabiduría, la que les ha dado la vida.
Estaban contentos, pues menos uno, todos se iban al pueblo a sus casas de toda la vida, el entorno que les vio nacer y crecer. Hubo un tiempo en el que el pueblo se lo daba todo, luego llegó otra etapa en la que tuvieron que emigrar y formar su familia fuera de su entorno, les costó pero nos le quedó mas remedio que aclimatar se a la ciudad, pero en todo momento sintieron nostalgia del pueblo. El tiempo fue pasando sus hijos creciendo y todo el entorno fue cambiando. Ellos pensaban que cuando sus hijos fueran mayores podrían regresar, pero las circunstancias les obligaron a quedarse. Sus hijos se casaron y a su vez tuvieron hijos, como trabajaban los dos, los abuelos fueron sus sustitutos durante una buena parte del día, y así poco a poco la primera idea se fue alejando. Ahora esperan a que acaben los cursos sus nietos para poderse ir.
Estaban todos contentos, los últimos fines de semana han acudido a arreglar las casas, pero nada es igual, algunos su compañera de toda la vida les ha dejado, y se llevó parte de su alegría, pensaban estar en su vejez juntos, pero la vida da esos palos, otros la tienen y comparten con ellas sus vivencia y recuerdos, ninguno quiso vender la casa, pues si las cosas venían mal siempre la tendría. No corrió la misma suerte Juanin el pinto,sus hijos vendieron la casa y se le trajeron con ellos, él por aquel entonces estaba enfermo y no puso objeción. Pero ahora no tiene donde ir, sus hijos se van un mes de vacaciones a Torremolinos, y se queda solo en un piso vacío, no le pueden llevar pues según dicen es por prescripción facultativa, es un viaje muy largo, y además no cabe en el coche, no dice nada se queda mirando a ninguna parte, sus ojos reflejan tristeza, los amigos tratan de consolarle, pero él piensa que si hubiera vivido Margarita, esto no hubiera ocurrido, pues menuda mala leche tenía la condenada, no la toreaba ni su padre, era chiquituca, pero con un remango pa todo, no sé de donde sacaba tanta energía, no quiero seguir hablando de ella que se me llenan los ojos de agua.
Vamos a pasa a otra cosa, os acordáis, de los calores de cuando eramos mozos, -si- hasta la lagartijas llevaban sombrilla, aquello si que eran calores, y que inviernos fríos de madre con la nieve hasta las rodillas, y había que sacar al ganado, aquella vida era dura, pero aún con todo yo lo cambiaba ahora mismo, si entonces supiéramos lo que sabemos hoy, de que nos hubiéramos marchado del pueblo, total pa que para tener todas esas cosas que la mitad sobran, bueno chica nos vemos a la vuelta del verano si Dios quiere, si quieres pasarte por alguno de nuestros pueblos seras bien recibida. Lo dicho Adiós
                                                                                                                                 A.R.G.

sábado, 26 de mayo de 2012

LA OCA PACA CUENTO


                                                                                    
LA OCA PACAGraylag de ganso Foto de archivo - 13521984



Hace mucho tiempo cuando era yo una niña y vivía en el pueblo en una casita de una planta,vallada de madera color verde que resaltaba sobre la pared blanca de la casa.
Eramos cinco hermanos, de los cuales cuatro eran chicos, yo era la princesa de la casa, los chicos jugaban a lo bruto entre ellos, pero tenían mucho cuidado cuando yo me integraba en sus juegos.Eramos muy felices, nos pasábamos el día en la calle, jugábamos a las canicas a las chapas, haciendo circuitos con arena, o simplemente dibujan dolos en el suelo, al castro, al marro, al escondite, a los bolos, o íbamos a pescar al rió, cosa que a nuestros padres no les gustaba y nos lo tenían prohibido, pero íbamos.
Con los pequeños peces que cogíamos, hacíamos una fogata, y todos los críos, nos los comíamos asados, en fin que nuestra pequeña vida iba transcurriendo así. Pero un día mi padre nos trajo lo que nosotros creíamos que era un pollito. Lo cuidamos y nos organizamos para atenderlo, ya que mi madre no quería tenerlo en casa, pues decía que lo iba a manchar, pero todos nos comprometimos a ocuparnos de él. Con el tiempo nos dimos cuenta que aquello no era un pollo, y cuando le preguntamos a nuestro padre, el sonrió y nos dijo¡no hijos, es una oca!
La pusimos de nombre Paca, la enseñamos a salir hacer sus cosas, pues al principio lo hacia en casa y teníamos que estar todo el día pendiente para que mi madre no lo viera.
Pronto Paca empezó a ir con nosotros en nuestras correrías, participaba en todo, los demás niños la aceptaron y en el pueblo hablaban del comportamiento de Paca, ya que se comportaba más como un perro que como una oca.
Un día que fuimos a visitar a Talla, una señora mayor que vivía sola, su casa estaba un poco apartada del resto, Paca iba con nosotros como siempre, y cuando entramos en la pequeña corralada, Paca se puso como loca, se lanzó hacia la puerta con sus graznidos, y aleteando sus alas, nunca la habíamos visto así, la verdad nos asustamos.Entró en la casa como un elefante en una cacharreria, oímos como se rompían cosas, y mucho jaleo dentro, pero nosotros no nos atreviamos a entrar.Mi hermano el mayor que por aquel entonces tenia doce años, nos dijo: -esconderos en la socarreña y no os mováis, voy a buscar a papá, el ruido cada vez era mayor, y nos pareció oír gritar a alguien, pero no era Talla, era un voz ronca, luego oímos otra voz, cada vez estábamos mas asustados, aquellos minutos nos estaban pareciendo eternos, y nuestro miedo iba en aumento, ¡cuando de pronto! se abrió la puerta, y salio un hombre con sangre en el cara y las manos, salia despavorido y al segundo salió otro en las mismas condiciones y corrieron hacia el pueblo, pero ya venia mi padre con varios hombres y les cogieron. Después salió Talla y con ella Paca.
Talla estaba asustadisima, su cara descompuesta y a punto de desmayarse, salimos todos, la rodeamos y sacamos una silla, se sentó, cogimos agua del pozo, y se lo dimos, estabamos en esto cuando llegó medio pueblo.
Talla dijo, que aquellos hombres aparecieron y le pidieron un vaso de agua, y cuando ella entró a buscarlo, ellos se coloran detrás, la tiraron al suelo y se pusieron a revolver toda la casa, querían el dinero, pero ella les dijo que no tenía nada mas que lo que ya habían cogido, ellos no se lo creyeron y la dieron un punta pies,le iban a dar el segundo cuando entró Paca como un torbellino abalanzandose sobre ellos, derribando al primero y picoteándole la cara, luego con sus fuertes patas le arañó las manos y las piernas, haciendo lo propio con el segundo, no les dio tiempo a reaccionar, luego se colocó delante de Talla protegiéndola, y a la vez atacándoles.
Según supimos después estaban aterrorizados, se hicieron caca en los pantalones, decían que jamás habían visto una cosa igual. Por supuesto que no se llevaron nada, y fueron encarcelados, Talla, se sintió tan bien cuando vio entrar a Paca, dice que jamas lo olvidará, pues pensó que la iban a matar a golpes.
La hazaña de Paca corrió por toda la comarca como la pólvora, todo el mundo quería hacerse fotos con ella, salió en la prensa. Durante un tiempo nos sentimos agobiados, pero luego afortunadamente la gente dejó de venir, y volvimos a nuestra vida cotidiana. Pero lo que si os digo, que ningún ladrón se atrevió jamás a pisar el pueblo.
Paca vivió con nosotros durante veinte años. Nosotros nos fuimos fuera a estudiar, pero cuando volvíamos era una fiesta,. Mis padres la mimaron hasta última hora, y os diré que Talla dejó su dinero para que hicieran una escultura, y así fue. Hoy su figura, está en la plaza del pueblo, rodeada de un estanque con peces de colores, y flores alrededor. Ella sigue ahí oteando el horizonte y avisando que no se haga daño a nadie del pueblo.
La gente sigue acudiendo al pueblo y se fotografían con ella. Lo mejor es que nadie olvidará su valentía, su fuerza, evitando que hubiera ocurrido una desgracia, hasta siempre Paca.

A.R.G.


miércoles, 23 de mayo de 2012

RUTA rECOMENDADA


TE RECOMIENDO

RUTAS DESDE TORRELAVEGA

Si queréis tener una bonita vista de ésta verde vega, coger el autobús que os llevará hasta el Alto de la Montaña. Desde ahí subir al pico Dobra de fácil acceso. Es un balcón natural desde donde podréis apreciar un entorno natural y lleno de belleza, con la ciudad a vuestros pies, y las espadañas de las iglesias jugando con el cielo.

                                                                                                                                 A.R.G.

JUEGOS OLVIDADOS


JUEGOS OLVIDADOS  Museo del Barquillero

A Vosotros Peques y jóvenes os digo: que probéis a jugar estos juegos olvidados, y así os daréis cuenta de lo que os estáis perdiendo.

Hoy se echa de menos en los parques y plazas de pueblos y ciudades a la chavalería de todas las edades, que disfrutaban al aire libre de aquellos juegos que fueron pasando de generación en generación: Las canicas de barro con el canicón más grande, las chapas con las que dabas la vuelta a España, en circuitos imposibles, pintados en la tierra o en el suelo, y se movían a base de dar con los dedos, la peonza, grandes y pequeñas decoradas por cada uno con bonitos colores, y los más espabilados trucaban el ron para sacarlas al primer toque o partírtelas en dos, Corrían los niños con una llanta de bicicleta con un hierro torcido haciendo malabarismos para que siguiera rodando, sin caerse, se jugaba a la comba, a un dos tres canceraba, Al burro, al pañuelo, la herradura, el marro, la rana, carreras de sacos, y otras con los pies atados, la goma, al escondite, y un sinfín de juegos que compartían grandes y pequeños.

Hoy casi no hay niños y menos mozalbetes, ya no se practican estos juegos. Se han quedado olvidados. Sólo nuestros mayores aún los tienen en su memoria. Además de divertirse, compartían amistades y buenos momentos, en aquellas tardes de primavera, verano y otoño, hasta que anochecía, pues cada estación tenía sus juegos.

Hoy los niños y jóvenes, no comparten casi nada, y si lo hacen es a través de los nuevas tecnologías, frías e impersonales, ya que en vez de hacerlo en la calle, juegan desde su habitación, sin relaciones directas, a través de una pantalla, haciendo que su infancia y adolescencia se quede vacía de sentimiento y relaciones cara a cara.

                                                                                   A.R.G.

viernes, 18 de mayo de 2012

Por Ser Gitana Poesía

En las negras pestañas de la gitana
Tembló una lágrima pronta a resbalar,
por sus mejillas de piel morena,
Cuando por primera vez fue a la escuela.
Ella quería aprender a leer,
su figura delgada se movía con gracia, 
y una emoción el embargaba el alma.
Ella tan solo quería saber.
Pero los niños la rechazaban por ser gitana.
Y por sus mejillas de nácar y carmín,
broto la primera lágrima y se sintió desilusionada.
Ella no entendía nada, y los niños crueles
la insultaban por ser gitana.
Pero aprendió de todo, más que ninguno.
Pero jamás dejó de ser gitana.
Porque lo llebava dentro del alma

                                                                                        A.R.G.

Recuerdos Poesía


Lote 38610199: INCREIBLE BAÚL DEL SIGLO XVIII, RESTAURADO Y PREPARADO PARA IMPRESIONAR...

Recuerdos

En el viejo baúl
yo encontrélos recuerdos
de mi niñez.
Olvidado y triste mi viejo
juguete allí descansaba,
esperando unas manos, que 
lo tomaran.
¿Cuantos recuerdos me evocas?
Vieja muñeca ya rota.
Mis manos no son aquellas, que
con torpeza cogían tufigura pequeña.
Por mí también pasó el tiempo.
Y yo también estoy rota
                                                                        A.R.G.

domingo, 13 de mayo de 2012

  El Mar Cantabrico
Poderoso señor de las costas, Con olas de espuma, que juegan caprichosas sobre el acantilado. Las gentes de estas latitudes le aman, pero a la vez le temen y respetan, los pescadores saben mucho de sus caprichos, belleza y poderio, ese mar del que no se pueden alejar

sábado, 12 de mayo de 2012

LA NIEBLA RELATO


 

LA NIEBLA    por capitphil

                     




El terreno en el que nos habíamos metido, cada vez era más espeso, la niebla lo cubría todo, a penas podíamos ver un metro delante de nosotros. Pasamos de un día radiante de sol, a algo gris, tenebroso, la humedad nos calaba hasta los huesos, no íbamos preparados para este cambio tan brusco. Tratamos de encontrar algún hueco donde protegernos y esperar que el tiempo cambiase. Después de dos largas horas acurrucados contra el tronco de un viejo árbol, decidimos ponernos en marcha, o terminaríamos formando parte de ese bosque lúgubre y frio



:
El frío iba en aumento, pero continuamos o acabaríamos petrificados,  a duras penas podíamos caminar, la niebla, cada vez era más densa. Arrastrábamos los pies para no salirnos del angosto camino que se iba haciendo más pequeño. Nuestros pies tropezaban con las raíces que afloraban en el sendero que al mismo tiempo estaba lleno de piedras con un musgo frío y resbaladizo. Habíamos perdido la noción del tiempo, lo único que teníamos claro es que estábamos calados hasta los tuétanos, nuestro cuerpo tiritaba sin poderlo controlar. Encontramos otra oquedad, y decidimos protegernos allí, además para colmo de males empezaba a llover.
De pronto un relámpago rasgo el cielo, y durante un segundo vimos lo que nos rodeaba, una espesura negra de oscuridad,  acto seguido la tierra retumbó y pareció que todo el arbolado se nos venía encima. La oscuridad era total, y las gotas de agua pronto fueron un torrente, caían en forma de cascada por todas partes. El silencio era absoluto, solo roto por los truenos en sacudidas. Los cuatro nos acurrucamos muy juntos para darnos algo de calor, un sopor nos invadió, el miedo era atroz, aunque ninguno lo manifestó.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, un alarido nos sobresaltó helando nos la sangre, no sabíamos de donde podía venir, aguantamos la respiración, el corazón se nos salía del pecho, el terror se apoderó de nuevo de nosotros, tan pronto se oía cerca como muy lejos, así estuvimos un rato que nos pareció eterno. Luego la calma, el más absoluto silencio, nos volvimos a quedar soñolientos, cuando de pronto otro relámpago rasgó el cielo, y oímos un terrible estruendo, algo pesado y grande había caído, detrás el sonido del trueno retumbando ya en la lejanía, nos desperezamos un poco y vimos que estaba amaneciendo. La niebla casi había desaparecido, pero seguía lloviendo fuerte, de nuevo a duras penas nos pusimos en marcha, la lluvia nos daba en el rostro hasta hacernos daño, pero teníamos que continuar.
Arrastrábamos nuestros cuerpos como fardos, llegamos a un recodo, aún no se veía nada, aquello parecía no tener fin.
De pronto otra vez aquel agudo sonido en forma de alarido, parecía estar lejos, apresuramos el paso, teníamos que encontrar donde escondernos, en el siguiente recodo, vimos a lo lejos una especia de cabaña, o algo parecido, el día aumentaba su luz, y nos era más fácil avanzar. El frío no nos dejaba controlar el cuerpo, así que nos caímos varias veces, era como si te atravesaran la piel cientos de cristales, la sangre fluía por nuestros codos y rodillas.








Casi sin darnos cuenta estábamos delante de la choza, echa en madera, fuerte y robusta, con un tejado puntiagudo, entramos con premura, era una estancia única, había una chimenea, sillas, hechas de troncos de árboles, delante de la chimenea un piel de vaca, y tapándolo todo trozos de mantas raídas. Había polvo, pero no demasiado, no hacía mucho allí había estado alguien, los trozos de madera para la chimenea estaban perfectamente colocados a la derecha de ésta. La encendimos y nos quitamos la ropa con rapidez, envolviéndonos con las mantas, al cabo de un tiempo entramos en calor, y pudimos ver que la cabaña por dentro era entera de piedra.
Cuando el calor entró en nuestros cuerpos y nos sentimos aliviados, el estómago empezó a rugir con fuerza, llevábamos mucho tiempo sin comer, lo único que habíamos podido hacer era beber. Echamos una ojeada rápida al entorno, y nos tropezamos con unas mazorcas de maíz colgando en un recuadro cerca de la puerta, las cogimos y entonces… vimos el cartel, nos quedamos helados.
1º “.En el momento que se entre por esta puerta debe cerrarse poniendo todas las barras que están junto a ella, asegurar que todas las ventanas las tengan, y así mismo no salir bajo ningún concepto después de las cuatro de la tarde. Él está ahí, afuera esperando, es un depredador nato, Le molesta la luz, sobre todo la de la mañana, se siente seguro y fuerte con la niebla y la oscuridad. Hay alimentos en las arcas que hacen de bancos, raciónenlos, puede pasar mucho tiempo hasta que se pueda salir. Si es verano la marcha se hará cuando despunte el alba, y siempre siguiendo este mapa, deberán copiarle y dejarlo donde ahora descansa este, y cuando se llegue a la casa del guardabosques avisar que han estado aquí, para que él que conoce el terreno y horario de la bestia reponga los alimentos gastados, esa es su misión, Hay un arma, llévenla también por seguridad, para otras alimañas, con este es imposible, es rápido como el viento y casi invisible, aunque sus aullido o gritos te hielan el alma.
2º si es otoño se deberá salir en cuanto haya claridad, y apresurar el paso
3º si es invierno en cuanto amanezca, en el mapa del invierno hay dos cuevas marcadas donde se deberán cobijar a las horas indicadas, hay sarmiento y cerillas para hacer fuego, este deberá permanecer encendido todo el tiempo, hasta que puedan abandonar dicho lugar, también hay víveres, y siempre se avisará al guarda, todos los mapas nos llevan hasta él, por eso nadie debe salirse de la ruta marcada, es la única forma de salvar vidas
3º y último si es primavera la misma recomendación que para el verano, hay puntos para descansar, con sus tiempo, pero hay que seguir el horario y trazado al pie de la letra.
4º Él vendrá a asustar, después de las cuatro en invierno y otoño, a partir de la ochos en verano y primavera, con las esperanza que abandonéis vuestro seguro refugio y así daros caza, jugará primero durante unas horas con vosotros, como juega el gato con el ratón, y cuando creáis que estáis seguros caerá toda su fuerza y maldad, no quedando nada absolutamente como si no hubieras existido.
                           



Corrimos Desesperados a poner las trancas en la puerta, el día de momento estaba claro, la luz entraba por las rendijas de las ventanas, había unos cuantos candiles con sus mechas, colgados aquí y allá, no sabíamos en qué hora nos encontrábamos, ya que nuestros relojes no funcionaban, todo aquello era muy extraño, nos habíamos pellizcado en varias ocasiones, todo parecía tan irreal, tan pronto había claridad, como se desataba una tormenta, dejándolo en tinieblas, y con aquella niebla abrumadora.
Habíamos hablado poco entre nosotros, el miedo nos tenía atenazados, ahora estábamos un poco más relajados, y nos preguntábamos el porqué, de dejar el sendero marcado y mantenernos en aquel bosque sinuoso, al principio nos pareció bellísimo, la naturaleza estaba en todo su esplendor, ya que era finales de abril, y además estaba en su estado puro, se veía que nadie había hoyado aquel entorno, eso nos animó a seguir un poco más y después otro poco, íbamos siguiendo aquel angosto sendero sin salirnos, hasta que ocurrió lo de la niebla, ahora hablábamos con pesar nuestro fin de semana maravilloso se había ido al traste, y nos encontrábamos en esta situación angustiosa, no sabíamos ni siquiera donde estábamos, ni el tiempo transcurrido, nuestra desorientación era total.
Marina y Chenco, llevaban casados unos meses, él era marino, tuvieron que adelantar la boda al diez de Diciembre, ya que su madre se puso enferma, pensaban casarse en agosto, lo mismo que nosotros, Mi nombre es Cuca y Nacho mi novio de toda la vida, ahora no sabemos que nos deparará el destino. Los cuatro estudiamos juntos en el instituto, y allí se formaron las parejas que ha perdurado hasta hoy, hubo un tiempo en que nos desperdigamos cuando nos fuimos a la universidad, pero nunca perdimos el contacto, después la vida nos trajo de nuevo a casa y retomamos aquella vieja amistad, haciendo la mayoría de planes juntos, como este que estamos viviendo,

                     
Comimos unos chorizos metidos en aceite todos los alimentos estaban así, exceptuando unas carnes que estaban en salazón, también había una especie de mazorca sin granos que la pusimos sobre el fuego, esta se ablandó, y lo utilizamos a modo de pan, estaba bastante bueno.
Nuestro asombro iba en aumento, pues cada banco que abríamos tenia inscripciones con lo que debíamos hacer, con tanta información nos estábamos volviendo locos, ya que cada una decía una cosa contraria a la otra. Con  el estómago lleno, nos relajamos, el sol se filtraba por las rendijas, pero no nos atrevíamos a salir fuimos inspeccionando la cabaña que no era tan pequeña como nos había parecido cuando llegamos exhaustos. Chenco se apoyó en la pared junto a los troncos de la chimenea, y esta se abrió, dejando ver un espacio donde había mantas raídas, pieles, curtidas de oso nos parecieron, platos y cubiertos bastos y rudimentarios, y otra puerta donde había un agujero a modo de baza y un depósito de un material indefinido que debía servir como de ducha. Lo que más no llamó la atención era el calor que hacía allí adentro.
Tocamos todas las paredes para ver si había algún otro habitáculo, y justo al otro lado de la chimenea encontramos otro, este era más pequeño había cepos y unos cuantos artilugios desconocidos para nosotros. A Chencho le llamó la atención un viejo libro de tapas negras, todo destartalado y muy sucio, con dificultad, lo saco de debajo de aquella porquería y con cuidado lo trasladó a la mesa, estaba en latín, lengua que se le daba muy bien así como el esperanto, le encantaba y por ello le había dedicado muchas horas, estaba emocionado y por un instante se olvidó del miedo y todas la vicisitudes que nos habían acontecido. Se enfrasco con el libro y se olvidó de todo. Nosotros mientras seguíamos con la inspección, pero allí no había nada más.
El sol seguía entrando, así que decidimos salir, abrimos la puerta con cautela, todo estaba en calma, y ese instante caímos en la cuenta de que no se oía absolutamente nada, desde que dejamos el sendero y nos metimos en el bosque la ausencia de ruidos había sido total, rota solamente por el estruendo de la tormenta, el paisaje era precioso, la cabaña estaba situada en un claro rodeada de bellos colores, no en vano estábamos en primavera.


Estábamos extasiados ante tanta belleza, pero fue fugaz el momento, ya que en unos segundos pasamos de un rato luminoso a la oscuridad casi total, la niebla volvió, nos sobrecogimos y entramos deprisa, nada más cerrar la puerta, aquel sonido desgarrador volvió a helarnos la sangre, se oía bastante cerca, Chencho  salió de su ensimismamiento y su cara reflejaba terror.

Con voz trémula nos dijo: -Hay que salir de aquí en cuanto vuelva asomar el sol- . -Este libro tiene todas las claves, nos olvidaremos de lo leído hasta ahora, todo era una trampa de una mente retorcida, no podemos encender los candiles, tenemos que permanecer solo con la luz de la chimenea, preparad todo cojamos lo que realmente necesitemos, vamos a valor orar todo lo que hay. Cuando nos pongamos en marcha no podemos parar, tal vez vuelva la niebla, pero hay un sistema para poder continuar, en el cuarto de los trasto hay un artilugio que es el que nos guiará cuando la niebla entre de nuevo, así que manos a la obra a buscarlo.

Después  de un tiempo indefinido, al fin lo hayamos, en el libro venía bien descrito, lo limpiamos, y después de mirarlo y remirarlo, no sabíamos cómo aquello nos iba ayudar, Pero Chencho, estaba seguro, ¡De pronto! Unos golpes tremendos en la puerta. Corrimos a poner el resto de las trancas era dos, y a través  de las rendijas vimos como una masa tremenda indescriptible, que era quien la aporreaba, corrimos hacia la chimenea, Nacho cogió una tea y la puso sobre la puerta, aquello, lo que fuera dando un alarido se alejó, por lo menos ahora sabíamos algo más, el calor le molestaba.

 

Era como viscoso he iba dejando una baba, nos quedamos sin habla durante varios minutos.
¡De pronto! La oscuridad se apoderó del día, mientras en la lejanía se aproximaba una tormenta, pasábamos de la claridad a la oscuridad en nada, nos estábamos volviendo locos, ¿Cómo íbamos a salir? Si no nos daba tiempo, los relámpagos empezaron a iluminar a ráfagas el habitáculo, estábamos desconcertado, aquello tenía que ser una pesadilla, pensábamos todos, pero... era demasiado real, quitamos con cuidado una de las trancas, nada la oscuridad era total, nos pareció ver una sombra, que se movía de un lado a otra de la cerca de entrada, no sabíamos si eral real o fruto del miedo que nos atenazaba, ahora sí que habíamos perdido totalmente la noción del tiempo, ¿Cuántas horas o días llevábamos en este lugar tan tenebroso. Lloramos como niños durante un rato. 
Comimos algo y una somnolencia se apoderó de nosotros. El tiempo aquí no existía, nos movíamos por los ratos de luz y tinieblas, era desesperante, nuestras mentes estaban a punto de fallarnos, ya no distinguíamos la realidad. Las ojera hacían mella en nuestros rostros, el cansancio y la desesperación nos estaban obnubilando nuestro ser. Chencho seguía leyendo aquel libro de tapas negras que parecía no tener fin, de pronto un gran ruido nos sobrecogió, era como si granizase, pero a lo bestia, nos miramos con asombro, Nacho dijo, -¿pero qué coño es esto?, nosotras dos nos miramos, Chencho seguía absorto con su libro, ya no parecía que le importase nada, solamente ese libro, Nacho le grito ¿pero qué te pasa tío? ¿Es que no lo oyes?, él levantó la vista y asintió, luego con calma –dijo, aquí de momento estamos seguros-, --pronto nos iremos-  -eso sí, tenéis que hacer todo lo que os diga, y sin hacer preguntas ¡vale!
De momento vamos abrir la puerta un poco a ver qué es lo que se está cociendo ahí afuera. Todos le miramos asombrados, parecía no tener miedo, estaba muy seguro, siempre fue una persona muy tirada para adelante, pues llevaba varios años navegando y se había encontrado con todo tipo de situaciones difíciles que él había solventado. Con paso raudo se dirigió hacia la puerta, y con cuidado la abrió. El espectáculo era asombroso, una especie de granizo en forma de croqueta gigante caía sin dejar ver absolutamente nada. Lo raro es que alrededor de nuestra cabaña no había ni uno, seguimos absortos viendo caer aquello, aunque la luz era poca debido a su tamaño lo podíamos distinguir, los relámpagos y truenos se alejaban de nuevo, y una fina capa de niebla estaba apareciendo, pero… También en la lejanía se volvía a preciar unos leves rayos de sol. No sé cuánto tiempo estuvimos en el quicio de la puerta, pero... De pronto una gran nube de arena salía del bosque en forma de remolinos, nuestro asombro fue mayúsculo, creíamos que ya habíamos visto de todo, nos metimos en la casa, y esperamos a ver qué pasaba, el ruido era ensordecedor, la cabaña, parecía que se iba desintegrar, y de pronto el silencio, el sol brillaba, así que qué abrimos la puerta para ver que nos deparaba todo aquello, pero nada, ni asomo de un grano de arena.
Aún no nos habíamos repuesto del susto, cuando nos llevamos otro, Las croquetas se estaban abriendo y salía un líquido rojo que corría hacia el bosque, y parecía que revotaba con algo y de pronto, esa gran masa roja se nos venía encima, volvimos a cerrar la puerta esperando que aquella masa roja como la sangre destruyera la cabaña arrasándolo todo. De nuevo una fuerza inusitada se acercaba, todo empezó a temblar, solo que ahora era mucho mayor el estruendo y sobre todo un olor nauseabundo se apoderó del recinto, empezamos a vomitar, aquello era insufrible, de pronto Chencho nos empujó al habitáculo donde estaban los platos y el baño, y ¡oh! Milagro allí el aire era limpio, y no olía a nada. Con los estómagos revueltos y medio mareados, permanecimos un tiempo, como otras veces nos pareció eterno, pero no podíamos saber si era mucho o poco, aquí el tiempo no existía, era una cosa anómala, como todo lo demás, ya no pensábamos en ello, lo único que queríamos era poder salir, y encontrar un lugar civilizado. Habíamos estado apunto varias veces de tirar la toalla, pero ahí  estaba Chencho tirando de nosotros, y resolviendo las papeletas.
De nuevo todo cesó, el aire aún estaba impregnado con un olor nauseabundo, pero soportable, abrimos de nuevo la puerta con sumo cuidado, y volvimos a lo de siempre nada, ni un vestigio rojo por ningún lado, el sol estaba en lo alto, supusimos que era medio día, pero aquí nada era lo que parecía
De pronto chencho nos dijo... –Entremos, hay que abrir un pequeño cajón que hay en la chimenea, coger tres piedras blancas y colgároslas, con una de las cintas que hay junto a ellas- Así lo hicimos, luego él se colgó el artilugio. Durante los últimos ratos no había hecho hacer una especie de botas con la piel de vaca y aquellas otras que parecían de osos, y las teníamos envueltas en unos hierbajos que había en uno de los habitáculos, con las mantas raídas tejimos unas especie de capas con todas, no dejamos ni una, también cogimos una lona parecida al plástico, pero que nada tenía que ver.
Con las mochilas preparadas con todo lo necesario, alimento, agua, las linternas que aún funcionaban, las teas, que él mismo preparó, y las hierbas colgando de cada una de ellas nos dijo –nos vamos- -¿ahora? Dijimos con asombro –sí ahora mismo no podemos esperar-.
El sol seguía brillando pero sobre las copas del bosque una capa de niebla seguía coronándolas, nos pusimos en marcha por el lado opuesto al que habíamos venido, seguíamos rodeados de gigantescos árboles, caminábamos deprisa, agradecimos respirar aire y sentirnos libres, nuestro tiempo en la casa, era como una prisión, por fin podíamos andar más de veinte pasos. El miedo no seguía acogotando, pero Chencho había dejado claro que no nos teníamos que dejar vencer por este, la cosa se alimentaba de miedo, inseguridades, haciéndonos perder la razón. Chencho no parecía que lo tuviese, nos iba marcando el camino con seguridad, íbamos en silencio, el primero él después nosotras dos y guardándonos las espaldas Nacho, llevábamos unos palos a modo de bastones, y nos colocó, una especie de tapón a cada uno, que estaban en el cuarto de los artilugios, no sabíamos para que servían, ya que nos los coloco en la parte de arriba, pero ninguno preguntamos, ese era el lema y nos le dejó muy claro antes de salir. El camino era estrecho, pero no resbaladizo, estaba lleno de matorrales, los troncos de los árboles tenían un perímetro desmesurado, jamás habíamos visto algo igual, además todos eran muy raros, seguimos avanzando, el silencio era total, ahora recordé, que nacho quería llevarse la escopeta y Chenco le dijo que era una carga inútil, que era mejor dejarla allí, ahora me doy cuenta, aquí no hay vida animal, solo se oye nuestra respiración y nuestros pasos, hace frio a pesar del sol, pero ahora vamos bien cubiertos, la nariz se no queda roja, y nuestras manos también, el aliento hace un vaho a cada paso, pero vamos rápidos tenemos que aprovechar esta tregua.
Llegamos a una zona más húmeda. El frío era muy intenso, a pesar de ir bien cubiertos, notábamos como iba calando en nuestros huesos, pero seguíamos avanzando, todo se estaba volviendo más tenebroso, la oscuridad empezaba asomar, pero Chencho seguía, y nosotros detrás. De pronto la oscuridad fue total, la niebla espesa se apoderó del bosque, no podíamos seguir, paramos y nos apoyamos sobre una pared, iluminamos con nuestras linternas y vimos que unos pasos más allá había un hueco entre dos piedras, llegamos hasta él, y nos acurrucamos los cuatros muy juntos, Chenco sacó aquella especie de lona- plástico, y el calor llegó a nuestros cuerpos, bebimos, y comimos un poco de queso, y aquella especie de mazorca a modo de pan, que ahora estaba un poco dura, pero su sabor era mejor, teníamos que tratar de dormir, para poder salir en cuanto la niebla nos dejase. Estábamos en esto cuando de pronto, aquel aullido o lo que fuese, cerca muy cerca, iba y venía como una cosa loca, nos apretamos las manos, tan pronto era un aullido como un sonido gutural, como un alarido, como una risa loca, el sonido venia de todas partes no podíamos localizarlo, y además ahora era más aterrador, ya que se oían todos juntos, como si estuvieran uno encima del otro, estamos a punto de estallar de salir corriendo, pero hacia donde, Chencho se quitó el plástico, y poniéndose delante de nosotros nos gritó, -esto es lo que quiere- está jugando con nosotros-no lo alimentéis, estamos protegidos, ahora sé que no nos puede hacer daño, somos más fuerte, y volviéndose hacia la niebla gritó con todas sus fuerzas, ese grito retumbó por todos lados, nos incitó a levantarnos y gritar, así lo hicimos, poco a poco nuestros gritos fueron tapando a los otros hasta que se dejaron de oír.
De nuevo un niebla densa y espesa lo envolvió todo, Chencho nos hizo levantar, recoger, nos poníamos en marcha, sin rechistar, salimos de nuestro seguro refugio, nada más poner un pie fuera, su artilugio y nuestras piedras, brillaron con tal fuerza, que atravesaba la niebla, pudiendo ver todo el sendero, pero también observamos la cortante ladera a nuestra derecha que caía hacia un precipicio que parecía no tener fin, avanzábamos pegados a la pared cuando la había y si no juntos a los árboles, el camino parecía interminable, es como si estuviéramos en un túnel sin salida. El cansancio empezaba hacernos mella, después del pavor que pasamos con aquella aparición y los aullido, mermaron nuestro espíritu.
Seguíamos avanzando con dificultad, no por falta de visión, sino por el cansancio, las piernas nos pesaban como si lleváramos plomo, de pronto, algo fallaba bajo nuestros pies, pensamos en un terremoto, la angustia se apoderó otra vez de nuestras mentes, entonces Chencho, dijo: -ensartar los palos unos a otros y no los soltéis bajos ninguna circunstancia- -¿me oís?- así lo hicimos luego desplegó sobre nuestras cabezas y cuerpo la lona-plástico o lo que fuese, dejando sin cubrir nuestras manos. No os paréis ni os salgáis de la lona , estábamos verdaderamente asustados, las piernas nos temblaban y casi no podíamos mantenernos, además el frío también atenazaba nuestros cuerpos, a duras penas íbamos detrás de él y entonces… apareció aquello era como una gran piedra pómez pero con dos luces rojas a modo de ojos, entonces Chenco, tiró un poco de nuestras varas ensartadas, y un sonido metálico agudísimo retumbó por todo el entorno, nos hacía daño a los oídos pero era soportable, la lona-plástico nos protegía. Al instante, cuando aquello parecía que nos iban a engullir, de nuestras varas salió una luz potentísima, y aquello se desintegró, dejando en la corteza de los árboles, un jugo marronoso, de olor dulzón, un estallido de sonidos nos dejó clavados a la tierra, Chencho tiró de nosotros, y como autómatas seguimos andando, nuestras mentes estaban vacías de contenido, así estuvimos un tiempo, el bosque se iba despejando y todo parecía más natural, seguimos, y seguimos, hasta que por fin se abrió ante nuestros ojos otro paisaje, corrimos con las pocas fuerzas que nos quedaban, y nos tiramos al suelo, sobre una capa de hierba, el aire era distinto, natural, así como los rayos de sol que caían oblicuos sobre una ladera en la lejanía. Por primera vez nuestros oídos se percataban del canto de pájaros, vimos moverse las briznas de hierba y aplastarse debajo de nuestros cuerpos. Chenco clavó las cuatro varas con sus tapones en la tierra y sobre ellas extendió la lona-plástico, al momento quedaron petrificadas y la lona-plástico lo mismo, pero todo nos daba igual estamos en un ambiente natural, nos tumbamos debajo, y ahora sí que nos quedamos dormidos, no era somnolencia era sueño, Marina se percató de que los relojes funcionaban, miramos la hora, marcaban las once y cuarto, nos quedamos dormidos profundamente. Me desperté con un sonido agradable, creí que estaba soñando, pues al abrir los ojos, estábamos rodeados por un montón de ovejas, llamé a los demás y se fueron desperezando, vimos al pastor del rebaño que se acercaba un tanto extrañado, corrimos hacia él y le abrazamos tocamos a las ovejas, en principio debió de creer que estamos locos, luego le dijimos que llevábamos tiempo perdidos y que no sabíamos dónde estabamos. Ordeño a lupita su mejor oveja y nos ofreció un cuenco de leche, aquello era maravilloso, nos indicó el camino para llegar al pueblo Los madroñales, que él avisaría que íbamos para que nos recibieran y nos prestaran lo que necesitáramos.
Le ofrecimos nuestros móviles para llamar, él se echó para atrás parecía que tenía miedo, era como si nunca hubiese visto un móvil, nos quedamos un poco aturdidos ante la reacción, yo les aviso a mi manera, y metiéndose los dedos en la boca empezó a dar silbidos unos cortos y otros largos, unos sonoros y otros más apagado. Ahora ya están avisados, les esperan, camino del pueblo oímos la respuesta, Chencho dijo que era una especie de morse, pero él desconocía ese lenguaje. Durante el camino hacia el pueblo hablamos sin cesar, no de lo que habíamos pasado pues eso de momento no queremos recordarlo, de nuestra familia, amigos, futura boda, en fin de todo aquello cotidiano.
Continuará el próximo: LAS VIVENCIAS POSTERIORES
LA NIEBLA    

A.R.G

                     





         A.R.G-

Cuento El Gato de la Calle Carrera


EL GATO DE LA CALLE CARRERA                    




Hace muchos pero que muchos años, existía en una pequeña ciudad de provincia llamada  Torrelavega una zona  que para aquella época estaba lejos, era como las afuera de la ciudad, hoy es el centro, pero en aquellos tiempos remotos todo el entorno era salvaje y medio boscoso, en una zona había una corralada, y dentro varias casas de una planta con terreno delante donde se tendía, se lavaba, se hacían las reuniones en verano, se plantaban rosales que casi nunca florecían, ya que todos los animales hacían sus cosas allí y también se les regaba con el agua de lavar y de fregar, así que era muy difícil que prosperara nada, y sobre todo lo que había eran abundantes gatos, los encontrabas de todas las calañas, fuertes y vigorosos los menos y otros flacuchos y esmirriados, pero todos convivían juntos y libraban en noviembre y febrero verdaderas batallas por las gatas de todos los calibres que como ellos subsistían a base de las raspas de las sardinas que aquellas buenas gentes les echaban a la corralada para mantenerlos cerca de sus casa y así evitar que las ratas y ratones camparan a su libre albedrío, originado muchos sustos y desagradables encuentros entre el hombre y estos roedores, a veces salía una escoba por la puerta de alguna de aquellas casas de planta baja, pero era raro, ya que la abundancia de gatos les hacia irse a estos roedores a otras barriadas. Pero a lo que iba, entre todos aquellos ejemplares había una hermosa gata de color amarillo, a la que los vecinos llamaban la rubia, además de grande y lustrosa, era muy brava, se había enfrentado a ratas del tamaño casi de ella, y allí donde algunos de sus congéneres habían salido por patas, ella se había enfrentado dejando a su contrincante muerta sobre el camino de piedras y hierba que conducía a las casas, todo el vecindario conocía a este hermoso ejemplar, y se le privilegiaba con algún extra poco porque las familias no nadaban en la abundancia, también abundaban los perros y como los gatos los había de todas las razas cruzadas ya que puros no había ninguno, pues las buenas gentes que habitaban estos barrios no estaban para estos menesteres, pues su condición económica y social, no les permitía tener esa clase de canes, pero aún con todo el barrio estaba poblado de chuchos que tenían misiones que realizar, entre otras, avisar si aparecía por el lugar algún vagabundo ó algún vendedor ambulante, había un cierto tipo de gente que no eran bien recibidos, como los gitanos, que en aquellas época no tenía buena fama, y así te robaban por arte de birle birloque una gallina o un conejo o alguna prenda colgada sobre los vardales o rosales antes mencionados, si aparecían algunos de estos personajes salía a recibirlos una jauría de perros enloquecidos, y los gitanos ponía pies en polvorosa, y si no lo hacían mas de uno se llevaba un mordisco o una buena pedrada, de algún vecino que con maestría lanzaba el morrillo contra todo aquel que no fuera grata su presencia en lugar. Los canes también se divertían incordiando a los gatos, así que era frecuente ver salir a un gato por patas y detrás el chucho correspondiente.
        
         La rubia ese hermoso ejemplar había hecho frente a más de un perro, y estos procuraban molestarla lo menos posible, así Choto, un siete leches, mitad foxterrier y mitad barbas con alguna otra mezcla se había enfrentado a ella haciéndose el bravo y había perdido un ojo, también había gatos desrabado debido a dichos enfrentamientos.

         Transcurría el mes de Enero a  punto de acabar, cuando ya los machos de gato acudían de las distintas zonas, ya se empezaban a librar batallas sangrientas por las hembras, todas estaban ansiosas y en celo, pero aún con todo no se apareaban con el primero que llegaba, pues ellas también tenían sus preferencias, y rechazaban violentamente a todo aquel con quien no quisieran compartir su celo. La rubia ese año no recibió bien a un hermoso ejemplar negro con quien había mantenido cópula otros años, esta vez era distinto, ella desde su atalaya observaba la ida y venida de todos aquellos ejemplares, pero entre ellos no vio, al que hacía una noches a través de unos bardales,y recortando su figura bajo la luz de una luna llena, era distinto a todos los que hasta ahora ella había visto, era de color grisáceo, con orejas puntiagudas y unos grandes bigotes y una especie de pelos le colgaba de el labio inferior, era un ejemplar único y bellísimo, ella esperaba impaciente a que él volviera a merodear por el lugar, y así saldría a su encuentro y se aparearía con él ya que de ese modo sus crías serian grandes y fuertes. Espero en vano casi medio mes, ella se pasaba el día oteando el horizonte, y así de este modo bajó la guardia que siempre hay que tener cuando hay perros cerca, y ocurrió que el medio foxterrier, y un ratonero acompañados de un lanas, la cogieron tan desprevenida que no la dio tiempo a saltar la tapia para pasa al otro territorio seguro siempre para los gatos, y empezó una encarnizada lucha, que poco a poco iba perdiendo la rubia, y cuando las fuerzas la flaquearon y vio que la muerte esba cerca, con un último esfuerza intentó inútilmente, zafarse del foxterrier, hiriéndole  levemente en el ojo sano, ya estaba a punto de sucumbir, cuando de pronto se oyó un bufido desigual y un hermoso y gran gato apareció, los perros no se esperaban  aquella aparición y al ver un espécimen  que parecía un gato pero que no lo era, y medio heridos como iban, decidieron poner pies en polvorosa y salir por patas. La rubia casi no se podía mover abrió lentamente los ojos, y le vio, él lamió sus heridas y poco a poco la fue llevando a una vieja cochera que estaba en ruinas, pero su interior era seguro, durante varios días se quedó con ella, trayéndola alimentos, gusanos, pájaros, saltamontes y hasta algún huevo de gallina, ella permaneció quieta sin moverse por temor a delatarse, y que algún otro perro viniera a acabar lo que los otros no pudieron, pues mientras él estaba cerca no tenia temor, pero cuando se iba era vulnerable.


         Transcurrieron varios días y por fin se levantó y paseo por el recinto cuando él llegó salieron fuera y todo le pareció más hermoso que nunca, caminó entre sus congéneres, estos no se atrevían ni acercarse, a pesar de estar en celo, ella se pavoneó orgullosa, luego se fueron lejos de la vista de todos y se aparearon, esto duró varios días, después él desapareció una temporada, y cuando ella iba a parir volvió, tuvo tres crías dos hembras y un hermoso macho, durante el día se marchaba, pero al anochecer siempre regresaba con algún presente, un conejo, una rana, una culebra, algún pez, ya que cerca corría furioso un rió llamado el Cristo, esta relación duró dos o tres años, más un día desapareció y la rubia jamás volvió a verle, pero él ya había dejado que su semilla germinase, y las generaciones siguientes siempre tendría un gen suyo.

         Y así haciendo un repaso por los antepasados, llegamos hasta hoy en pleno siglo veintiuno, cien años después de la incursión de aquel hermoso animal que no era otra cosa que un gato montés. Hoy la calle carrera es una de las mejores de torrelavega bien asfaltada, bien iluminada, y con unos estupendos inmuebles, ya que donde antes había casucas hoy se levantan unos hermosos edificios de cuatro plantas, donde todo era campo y jardines de las calles colindantes hoy son hermosos parajes, como la Llama lugar de ocio para jóvenes, y también donde se reúnen nuestros mayores en las mañanas primaverales veraniegas y otoñales, a charlar de sus cosas, y a tomar el sol que dura todo el día por su situación privilegiada, y bajando donde hace años había una tapia, hoy la calle carrera está unida a la calle ancha, y de ahí a la plaza mayor, con sus edificios emblemáticos y llenos de nostalgias de tiempos antiguos.
         Y hoy como hace casi cien años también hay un descendiente de aquella estirpe, estos siempre han habitado en la calle carrera y han defendido su territorio con fieraza como tiempo atrás hizo la rubia. Ahora rondaba la calle un hermoso ejemplar, que por su color los comerciantes de la calle le pusieron el Rubio, es más grande de lo normal sus andares son más felinos más elasticos sus orejas son un poquito puntiagudas, y tiene una especie de pequeña perilla bajo su labio inferior, a los canes de la zona los ignora, no los teme, procura no ponerse a su alcance, pero tampoco se aleja excesivamente, todos los vecino le conocen e incluso le dan de comer lanzándole comida a un descampado por donde el anda.

         Estaba dormitando al calor del sol no vio al hombre que traía  amarrado una joven cría de doberman, cuando quiso reaccionar era tarde, ésta se le echo encima nada mas soltarla el dueño, Rubio se defendió bravamente, y pudo huir y meterse en unas ruinas, el perro le siguió, y estuvo a punto de cogerle por la cola, pero Rubio la giró a tiempo, después el can, ladró al agujero rabiosamente, pero ya nada tenía que hacer Rubio estaba a salvo aunque muy mal herido. Así pasó la tarde y la noche lamiéndose las heridas, su cuerpo estaba ensangrentado, y pensó que de aquello no salía, así que reunió las pocas fuerzas que le quedaban y decidió morir en su calle, se arrastró, y poco a poco llegó hasta a ella, buscó la protección de los coches, y así llegó junto a la puerta del café café, que así se llama el establecimiento regido por Conchi su propietaria, una persona amante de los animales, y sobre todo protectora de los gatos, esta conocía muy bien a Rubio, pues en muchas ocasiones le había dado de comer, poniéndole una bandeja debajo de los coches, solo que este no se había dejado tocar ni que se le acercase nadie, y sin embargo ahora buscaba la protección de las gente de de la calle.

         A eso de las ocho de la mañana llegó Conchi abrir como cada día su café y se quedo asombrada y asustada de ver a Rubio en aquellas condiciones tan lastimera, el animal casi no podía abrir los ojos, su cara estaba desfigurada, su cuerpo ensangrentado y llenos de heridas, con sumo cuidado lo cogió y lo metió dentro, le dio un poco de agua, con una esponja, Rubio lo agradeció pues tenia la boca seca, luego le lavó y le tapó con una manta y acto seguido llamo al veterinario. Este vino presuroso, pues la gravedad de los hechos le hizo dejar otras visitas, bueno y eso y la gran amistad que le unía a la dueña del café. Tuvo que coser las heridas le dio un medicamento para que no se le infectaran aún con todo le dio a Conchi pocas esperanzas, la dijo que como mucho duraría una semana, Conchi decidió cuidar de él y dejarle en el café hasta que llegara su hora, le daría cariño y atenciones, era un hermoso animal y durante cuatro años había paseado la calle con elegancia y les había librado de tener ratas en la zona. Pronto corrió la noticia entre los comerciantes, pues tengo que decir que esta calle no es muy larga, es más bien pequeña, pero aparte del café regentado por Conchi, pegado a ella hay una tienda de fotografía, con buenos y bonitos reportajes de bodas, seguidamente está la tienda de Isabel que vende telas y alegres  paraguas y babis para los niños, un poco mas allá hay un Kebab, y seguido un mesón. Al otro lado de la calle una peluquería que en navidad adornan mucho el escaparate dándote buenos cortes y haciéndote buenas permanentes y siguiendo hacía abajo  por la misma cera hay una cristalería y en marcaciones con buenos cuadros y mejores marcos y estupendos espejos seguidamente una tienda de deportes donde en su escaparate hay cien modelos de deportivas de todos los colores y marcas y todo aquello que necesites para practicar cualquier deporte, después una perfumería, en su escaparate siempre abunda el colorido y las buenas cremas así como todo lo necesario para mejorar tu figura y cutis, seguidamente una tienda de ropa con las mejores marcas y elegantes y vistosos vestidos tanto de paseo como de ceremonia y un sin fin de complementos y continuación una pequeña mercería que tienen de todo y siempre está repleta de gente, y enfrente está la carnicería, donde sirven buena carne de la tierra, como veréis en un trayecto tan corto hay de todo pues se me había olvidado que también hay una pequeña tienda de ultramarinos, regentada por un joven matrimonio, y una tienda de muebles tanto antiguos como modernos, con bonitas consolas relojes lámparas revisteros y galanes etc. Todos y cada uno de los comerciantes forman una pequeña familia ayudándose en todo aquello que es menester, así que ahora quisieron contribuir para que a Rubio no le faltase de nada, durante dos semanas estuvieron pendientes no dejándole ni un momento, y cuando todos pensaban que estaba en las últimas, Rubio, fue mejorando hasta tal punto que ni el veterinario se creía el día que fue a visitarle, diciéndole a Conchi que ya estaba recuperado, que tuviera cuidado y no le dejara salir en un par de días mas, pero que luego ya podía callejear, como siempre había hecho.

         Rubio salió de nuevo a la calle, y por supuesto fue a reconquistar su espacio ya que últimamente merodeaba un gran gato blanco con las patas negras, y aunque era fuerte, Rubio era más, así que de aquel ejemplar no se volvió a saber nada, durante tres o cuatro días Rubio estuvo como loco con las gatas, corriendo hacia arriba hacia abajo, por todos los rincones, quería oler ver pisar, todos esos sitios que pensó nunca volvería  a ver, por supuesto que se apareó con Jacinta una gata de ojos verdes y pelos marrón y blanco un buen ejemplar, ella siempre estaba a su lado y Rubio nunca la rechazo, pero después de esto pensó que había que volver donde Conchi, y así lo hizo, ésta le recibió con denostada alegrías, y así se creó un vinculo fuerte entre ambos, Rubio todas las noches llegaba antes de que Conchi cerrara su café, y así el dormía a cubierto.

         Ocurrió, que una noche intentaron robar, lograron abrir la puerta, pero de pronto una cosa descomunal se les hecho encima, derribando a uno y dándose éste un tremendo golpe contra el marco de la puerta, el segundo quiso saber de que se trataba, que era aquello y salio escaldado, pues su cara quedaría marcada por unas largas y afiladas uña, teniendo mucha suerte de no quedarse tuerto por poco, el tercer ladrón ni siquiera lo intentó, por la mañana cuando Conchi llegó no se lo podía creer, la puerta estaba abierta, pero no había desorden ni faltaba nada, aunque sí había sangre en la puerta y en una silla, ella miró a Rubio, y se imaginó lo que había pasado, acarició su lomo y se fue a comprar una buena trucha, que cocinó sobre la plancha, Rubio se dio un buen festín pero ambos guardarían silencio, como si eso no hubiese ocurrido, no quería perturbar su paz, lo que está claro es que ningún maleante volvió a intentar entrar allí, pues entre ellos corrió la voz de que algo raro había en aquel lugar, y nadie quiso saber  que era.

         Así ha durado esta larga amistad, de diez años, siempre durmiendo en el café y cuando estaba un par de días sin venir, cuando llegaba derrotado hecho unos zorros, Conchi le regañaba, él aceptaba y vuelta a empezar. Hoy Rubio ha salido del café, con paso cansino se ha vuelto a mirar todo el entorno, Conchi le ha visto irse, y una lagrima por su mejilla ha rodado, en el fondo de su ser sabe que este es el ultimo adiós de Rubio, sabe que ya no va a volver. Pues tiene conocimiento de que los gatos presienten la muerte y tiene un lugar donde ir a esperar ese momento, lejos de los ruidos donde nadie pueda perturbar su sueño eterno, aún con todo ese día cerró un poco mas tarde de lo habitual y a la noche siguiente igual así durante una semana, definitivamente Rubio se había ido para siempre.

         Hoy Conchi ha esbozado una sonrisa, pues ha aparecido en la calle un nuevo gato es joven, fuerte y vigoroso, y como si algo le uniera a ella se ha parado delante de su café, ella lo ha podido ver, es de color amarillo, pequeñas orejas puntiagudas, y una pequeña perilla bajo su labio inferior.


                                              

                                      FIN       

Relato Ventana Abierta a La Esperanza


Ventana Abierta A la Esperanza



Hoy es veinte de enero del dos mil siete, por un tiempo me olvidé de ti, o simplemente no quería volver a contactar, pues a los largo de estos ocho o diez años que hemos estados unido por la pantalla del ordenador, que para mí ha sido una ventana al exterior. Tengo que decirte que recordando como llegaste a mí fue de una manera poco usual, nunca he comprendido esto y te aseguro que lo he intentado por todos los medios a mi alcance. Durante bastante tiempo fuiste una obsesión, luego poco a poco fui admitiendo que estabas ahí detrás de la pantalla aunque nunca   supe, ni creo que sabré, quien eres, ni de donde procedes, si eres joven o viejo, hombre o mujer,  sinceramente me inclino mas por el sexo masculino, tal vez sea porque yo soy mujer, hoy he vuelto a tener necesidad de contactar, quiero contarte algo nuevo que me ha ocurrido, y creo que te gustará saber, ya que siempre me prometiste un mundo fabuloso donde no me iba a faltar de nada y me iba a sobrar de todo, pero nunca en todo este tiempo llegó nada, es más creo que me fueron las cosas peor, a lo largo de todo ese periodo me pedías que te contara historias y así lo hice, no sé si a ti te sirvieron de algo, pero tengo que decirte que para mí fue una estupenda terapia, porque como tú sabías he estado en una situación critica, tenía una gran depresión que nadie alcanzó a ver de los que me rodeaban, pero gracias a las historias que te tenía que contar, fui poco a poco saliendo de ese mundo tan horroroso, te juro que no deseo a nadie, que llegue a tener esa enfermedad, es abominable, no eres nada, te metes en tú interior pero siempre hacia adentro, es un gran túnel del que no tienes escapatoria, en que te da igual todo lo que ocurra a tú alrededor, solo quieres escapar acabar, en la mente se forjan una y mil barbaridades, de las que solo con pensar en hacerlas te siente un poco mejor, es un estado de inconciencia en la que no sientes la necesidad ni de comer ni de dormir ni de hablar ni de nada, solo esperas que el tiempo pase, bueno ni eso por que no eres consciente de si es de día o de noche, siempre estas en una oscuridad absoluta, tu cabeza y tus sentidos se llenan de voces ruidos gritos lamentos ves sombras calaveras monstruos que te quieren arrancar la cabeza animales que quieren comerse tu lengua y entrañas, y es entonces cuando la única salida es tirarte al vacio, o coger un arma para matar a esas bestias, pero como están en tu cabeza y las quieres echar hay muchos que para hacer eso se la vuelan , luego los comentarios de la gente son pobre.. que le pasaría por la mente para hacer eso, muy mal tenía que estar, y si no lo haces como yo que cuando más hundida estaba apareciste tras la pantalla, lo bueno de todo es que ese momento que yo recuerde no estaba conectada a Internet, siempre he pensado en ello he  tenido esa duda, lo único que sé es que aparecieron unas letras, cuando yo estaba empezando a irme a mi mundo de sombras, pero en ese instante mi cerebro me hizo reaccionar y la curiosidad de saber que era aquello recuerdo, que era www.  2PB1. Com. Hola ¿Quién está ahí, por favor conteste,? y yo así lo hice. Hasta ese instante no me había interesado por nada, hacía las cosas como un autómata, y casi sin fuerzas atendía a mis hijos, mi marido me decía que era un invento así no le atendía a él, me machacaba continuamente haciéndome creer que toda la culpa era mía, pero yo todo aquello lo oía desde la distancia, incluso mis hijos a los que adoraba, y siempre atendí, y mime como cualquier buena madre, en esos momentos me molestaban, bien es cierto que ningún instante afortunadamente se me paso por la cabeza hacerles daños, pues si esto hubiese ocurrido tal vez se lo hubiera hecho, cuando pienso en ello se me ponen los pelos de punta. Siempre estaba deseando quedarme sola, y esperaba la noche con toda su oscuridad, y largos silencios, y me fundía con ella cabalgando en pensamientos desbocados que sucumbían a los horrores que mi mente creaba me molestaba todo cuanto me rodeaba, y solo me entretenía un poco el ordenador, y especialmente un juego, Internet no me interesaba y solo entraba para buscar alguna información concreta, por eso no recuerdo que aquella mañana hubiese entrado, pero tuvo que ser, solo que como no estaba bien no lo recuerdo-.

         Recuerdo que después de preguntar ¿quién esta ahí? Un velo pintado con los colores del arco iris apareció en el horizonte de mi pequeña pantalla, en ese instante apenas podía moverme, mi cuerpo no respondía a las ordenes de mi cerebro, estaba entrando en una oscuridad absoluta y me iba perdiendo en un laberinto de sensaciones y miedos, me veía como un actriz fría y acabada y yo en la platea decrepita, derrotada, sin saber discernir si era una fantasía cruel o una realidad. Pero aquella ventana que tu me abriste me devolvió al mundo real, y los colores de aquel arco iris, se introdujeron en mis pupilas, y la tristeza se desvaneció y la curiosidad, volvió a mi ser, y tú me fuiste pasando una película de sensaciones nuevas, y cambié mi letargo y mi agonía por un pequeño rayo de esperanza, al otro lado de la pantalla había otro mundo fuera de mi ciudad, había vida, alegría y tal vez yo pudiera lograr coger algo de aquello y hacer que las tinieblas se fueran de mi cerebro para siempre. Tenía que echar fuera aquella tristeza doliente que me hacía sucumbir antes los fantasmas que mi cerebro creaba y que los veía pasar junto a mí y vi. una raya en el horizonte que parecía una nube de algodón y pensé que tenía un destino que cumplir.

         Yo te contaba retazos de mi vida, a la vez que me iba inventando historias, unas alegres y otras menos, pero mi mente se puso en marcha, y aquel aliciente me hizo ir olvidando todos los malos presagios, por tú parte me fuiste mostrando todos aquellos lugares que yo te decía me gustaría conocer, empezamos por los países nórdicos, fueron maravillosas aquellas Auroras Boreales, y además en tiempo real, así mismo escalamos las cumbres más altas del mundo, viaje por Canadá con sus fabulosos bosques, y sus cumbres nevadas, y aquella explosión de vida , la naturaleza en todo  su esplendor me fue mostrada. Laponia con sus noches interminables así me fuiste mostrando las maravillas del mundo. recuerdo las pirámides, me dijiste que estabas allí, y casi pude tocar la gran pirámide de Keosp, en fin que durante estos ocho años me han enseñado las culturas y hasta las lenguas y dialectos de algunos de los países más remotos, así como el francés, que chapurreaba de mis tiempos de estudiante el ingles alemán italiano, y todo sin darme cuenta, hoy soy una persona erudita y con una amplia cultura, no me diste lo económico, que en aquellos momentos tanto necesitaba, pero ahora reconozco que me distes los medios para mejorar mi situación y por ello te quiero dar hoy las gracias y para decirte que, Los miedos que desbordaban mis pensamientos se han ido   definitivamente.
         Quiero expresarte mi jubilo y alegría pues dentro de nada voy a comenzar una nueva vida junto a un ser extraordinario, me ha costado mucho dar este paso, pues como tu ya sabes, mi experiencia en este terreno fue desastrosa, hasta el punto que me sentí tan culpable de todo cuanto hacia que según el cabrónazo de mi marido era así, yo era una mierda que no valía para nada, que todo lo hacia mal, la comida unas veces estaba sosa otras muy caliente, o demasiado fría, la casa nunca estaba a su gusto, y yo cada vez me iba sintiendo mas y mas pequeña, hasta llegar al estado en que tú me conociste a través del ordenador. Pero hoy todas esas desdichas me han hecho fuerte, tengo un buen trabajo y mande a ese pedazo de mamón a hacer puñetas, sabes fui yo la que le planté, fui yo la que gestioné la separación, fui yo la que me quedé con parte del dinero de la indemnización que el se estaba gastando en putas, mientras yo sufría en silencio sus vejaciones, y una vez hasta intentó pegarme, ese fue el momento que junto con tus consejos, hizo que diese ese paso mandándole a la puñetera calle, y poniéndole una demanda, comprando un arma que no hubiese dudado en usarla si hubiese sido preciso, pero que todo esto le hizo achicarsse, y se cambiaron las tornas, y pasé a dominarle a fastidiarle todo lo que pude.
         Dentro de una semana me caso con Fran  Melmet, hombre cariñoso, adorable, e inteligente y sobre todo que me trata con todo el respeto del mundo, quiero invitarte a nuestra boda, quien quieras que seas y donde te encuentres, por favor acude, si no quieres identificarte lo admito. pero acompáñame en este día que va a ser muy feliz para mi y que te lo debo todo a ti, después de mi boda si quieres que sigamos con nuestros mensajes a Fran no le importa sabe todo lo que has hecho por mi y te lo agradece eternamente, y me gustaría conocerte y que nos conocieras, contesta por favor.

         2PB1.
         Querida amiga iré a tu boda, te lo prometo y se que vas a ser muy feliz, nuestra relación de ordenador va a finalizar, ya que soy el hombre mas dichoso de la tierra y procuraré no defraudarte y pasar junto a ti el resto de nuestras vidas. Un beso muy fuerte y hasta mañana mi amor, en que nos veremos en el altar
                                      FIN                                                                A.R.G.