miércoles, 30 de mayo de 2012

ALEGRE EL PERRO FELIZ cuento


ALEGRE EL PERRO FELIZ Historia real

Alegre era un perro que apreció un buen día por la placita que está junto a la iglesia. Donde todas las mamas llevan a sus hijos a pasar la tarde y darles la merienda, una tarde de primavera a eso de las seis, apareció era blanco y negro de tamaño mediano, se colocó al lado de una de las madres la miró y se puso hacer cabriolas. El niño como de un año que no quería merendar ni bien ni mal, al ver al perro hacer monadas, empezó a comer, la madre entusiasmada, el perro seguía dando brincos, al final el niño se lo acabó todo, y de esta forma fue por todos los jardines, y algo le caía. Así comenzó la vida de este perro que nadie supo nunca de donde vino, pero que les alegraba las tardes y mañanas.

Poco a poco todas las madres le traían cosas. Un día una de las madres dijo: -no tiene nombre- -otra respondió- pongamosle Alegre, y así de esta forma fue bautizado, jugaba con los niños, y si se acercaba algún otro perro él los hacia frente, y ponía en alerta alas madres.

Alegre pronto fue un cliente de dos bares, se las apañó para desayunar gratis, un día iba a uno, otro día iba al otro, pero no se saltaba la rutina por nada, parecía que llevaba reloj, a las nueve en punto se presentaba en la puerta, hacía sus cabriolas, a cambio recibía un suculenta desayuno, a la hora de la cena lo mismo. Después se iba enfrente del bar, bajo un escaparete a dormir, pronto se encontró una cama, alguien la había depositado, junto a un bebedero de acero inoxidable, y así aquel pequeño hueco, fue una confortable caseta, la verdad le vino bien pues el otoño estaba a punto de finalizar, y el invierno se presentaba crudo.

Durante tres largos años fue la alegría de jardines y plazas, todos en la pequeña ciudad de provincia le conocían, resultaba curiosos, ver como esperaba al cambio de los semáforos, para moverse de un lugar a otro.

Al finalizar casi el invierno, una noche los del bar se preocuparon, Alegre no había ido a cenar, esperaron hasta las diez, y al ver que no venia, fueron donde él se cobijaba. Allí estaba con mirada triste, no se movió cuando le llamaron, algo le pasaba, después de deliberar un rato, decidieron llamar a un veterinario, que paraba por el bar, y que conocía muy bien a Alegre. Este vino enseguida, le examinó, y volviéndose hacia un montón de gente que ya se arremolinaba para ver que pasaba, les dijo: -No hay nada que hacer, le han envenenado, le dio un calmante y las dos horas se murió.

Por la mañana la noticia corrió como la pólvora, nadie se explicaba el porqué, no hacia daño a nadie, era Alegre, tampoco era abusón, alegraba las plazas.

Nunca se supo quién hizo aquella barbarie, lo que si puede decir es que esta historia es real, y que el periódico local, lo sacó en la primera página. Con una dedicatoria que decía: "Hasta siempre Alegre"

lO QUE PUEDO DECIR ES QUE DURANTE UN AÑO O MÁS FUE UN PERRO QUERIDO Y FELIZ
                                                                                                                                  A.R.G.
Era más o menos como este

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