sábado, 8 de junio de 2013

Rosalia de Castro Santiago de Compostela España


                                                        




Era en abril, y de la nieve al peso
aún se doblaron los morados lirios; 
era en diciembre, y se agostó la hierba
al sol, como se agosta en el estío.
 En verano o en invierno, no lo dudes,
adulto, anciano, o niño,
y hierba y flor, son víctimas eternas
de las amargas burlas del destino.
Sucumbe el joven, y encorvado, enfermo, 
sobrevive el anciano; muere el rico

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