viernes, 15 de febrero de 2013

Lópe de Vega Escritor España Resumen


27 de Agosto de 1635





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Felix Lope de Vega y Carpio ha sido llamado "Monstruo de la naturaleza" y "Fenix de los ingenios" entre otros apelativos referentes a su fabullosa capacidad creadora.
Cuando tenía cinco años, todavia sin saber escribir, dictaba ya versos a sus compañeros; más tarde, era tanta su facilidad para la creación literaria, que se calcula que escribió más de mil quinientas obras teatrales, lo cual le convierte en el autor más prolifico de la literatura española, y quizás tambien el más rápido, pues era capaz de escribir una comedia en un solo día, según dice él mismo:  "Más  de ciento, en horas veinticuatri, pasaron de las musas al teatro".
Entre su vida y su obra hay una estrecha ligazón; a través de sus comedias y aventurera biografia.
El público de su tiempo se divertia mucho con sus comedias, pues a todos gustaban; los más iletrados se apsionaban con las indecendias de la acción ¬muchas veces extraidas de temas y asuntos tradicionales¬y con la ocurrencia del "gracioso" tipo que Lope perfiló e incorporó definitivamente a la comedia; los espectadores más cultos apreciaban la diversificación y , sobre todo, el tratamiento de acuerdo con las corrientes neoplatonicas de la época, de los temas amorosos.
Después de la muerte de ete hombre extraordinario, acaecida el 27 de agosto de 1635, el teatro español es ya un género literario maduro, enriquecido con sus innovaciones y hallazgos, y popular, virtudes debidas a su talento y a sus aportaciones

Obra narrativa

La Arcadia

 

La Arcadia

No se atrevió el autor a publicar un poemario desestructurado, ni tampoco quiso renunciar a presentar en sociedad sus versos amparados por su nombre. El expediente elegido fue –y es fórmula habitual en la época– engarzarlos en una novela pastoril: Arcadia, escrito a imitación de la obra homónima de Jacopo Sannazaro y de sus continuadores españoles. La novela lopesca vio la luz en Madrid en 1598. Tuvo un éxito considerable. Fue la obra del Fénix más veces reimpresa en el siglo XVII: Edwin S. Morby registra veinte ediciones entre 1598 y 1675, de ellas dieciséis en vida del autor. Osuna recordó «son cerca de 6.000 los [versos] que contiene la novela, más que líneas en prosa en la edición que manejamos». En efecto, hoy al lector se le hace cuesta arriba imaginar que una novela, por muy poética que sea, pueda contener más de 160 poemas, algunos breves, pero de considerable extensión. No parece que tal cantidad de versos sirven de ornato a la prosa. Más bien nos revelan que el relato viene a ser excusa para ofrecer al público una amplia producción poética anterior, a la que añadió probablemente numerosas composiciones líricas escritas ad hoc.


El peregrino en su patria

Esta nueva novela en la que Lope ensaya la novela bizantina o de aventuras –con la peculiaridad de que todas ellas se desarrollan dentro de España– vio la luz en Sevilla a principios de 1604. Tuvo un éxito inmediato (hay dos impresiones madrileñas y otras dos barcelonesas de 1604 y 1605, otra de Bruselas de 1608 y una nueva edición revisada de Madrid, 1618). El peregrino en su patria no presenta la riqueza poética de la Arcadia. No porque el número de versos intercalados sea menor, sino porque muchos de ellos son dramáticos: cuatro autos sacramentales, con sus loas, prólogos, canciones. Entre los treinta y tantos poemas que introdujo en el relato bizantino no hay mucho que destacar.

Pastores de Belén

Pastores de Belén. Prosas y versos divinos apareció en Madrid en 1612. La obra gozó de un notable éxito. En el mismo año vieron la luz nuevos impresos en Lérida y en Pamplona. En vida del poeta saldrían seis nuevas ediciones. Estamos ante un declarado contrafactum que vierte a materia sagrada aquella mezcla de prosas y versos amorosos de la Arcadia de 1598. El cañamazo de la novela pastoril se aprovecha aquí para narrar algunos episodios evangélicos relacionados con la Natividad del Señor. Al igual que la Arcadia, contiene una amplia antología poética. Se han catalogado un total de 167 poemas de las formas métricas más variadas.

La Dorotea

Como otros ciclos poéticos, este de vejez lo abrió Lope con un texto en prosa, en este caso dialogada, en el que insertó una variada antología poética. La Dorotea apareció en 1632. Probablemente no es casual que el primer poema que se oye en la acción en prosa sea «A mis soledades voy» y que aparezca expresamente atribuido a Lope. La penúltima de sus elegías, y la más celebrada, «Pobre barquilla mía», tiene como interlocutor al frágil barquichuelo.
Lope denomina a esta obra "acción en prosa", y su modelo más evidente es el género celestinesco. Evoca la historia de sus celosos amores por Elena Osorio desde la altura de su edad adulta. El estilo es sencillo y natural, pero a veces se hace acopio, como en otras obras de Lope, en particular los prólogos, de una pedregosa erudición de baratillo tomada fundamentalmente de los repertorios enciclopédicos de la época, entre los cuales tenía particular afición al Dictionarium historicum, geographicum, poeticum de Carolus Stephanus (1596) y las inevitables Officina y Cornucopia de Jean Tixier, más conocido como Ravisio Textor.

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