domingo, 2 de diciembre de 2012

Prehistoria en Cantabria España



Mano en negativo de la Cueva de El Castillo


Los primeros vestigios que denotan la presencia humana en Espa- ña se encuentran en Andalucía y tienen un millón de años, aunque en Cantabria, los restos más antiguos que se han descubierto tienen 100.000 años, dato llamativo teniendo en cuenta la cerca- nía del yacimiento de Atapuerca en Burgos con 800.000 años de antigüedad. Estos restos se encuentran en la Cueva de El Castilloen Puente Viesgo. Esa época debió ser templada, posibilitando el acceso del hombre a una zona que hasta entonces había estado cubierta por glaciares.
La orografía cavernosa de Cantabria propició, hace miles de años el asentamiento de grupos de hombres primitivos cuyo arte quedó expresado en las cuevas que habitaban y que aún hoy se conser- va perfectamente.

Las Cuevas de Altamira, cerca de Santillana del Mar, son el mejor de los conjuntos de arte rupestre conocidos, han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad y se las conoce como "la Capilla Sixtina del Arte Cuaterna- rio". Representan uno de los principales atractivos de Cantabria, pese a que la visita se hace previa solicitud con una lista de espera de más de tres años. No obstante, en verano se abrirá una reproducción de las cue- vas al público. No son la única expresión de arte prehistórico, pues exis- ten más pinturas de gran interés como las de RamalesPuente Viesgo,Riclones y Escobedo, por poner un ejemplo.
Collar de huesos en el Museo de Prehistoria
Bastón de mando de la cueva de El PendoProbablemente en el Paleolítico Inferior solo estaba poblada la franja costera y los valles más bajos, con una densidad de población muy baja que no ocasionaba problemas de competencia territorial. Debían formar grupos nómadas que ocupaban algunas cuevas y chozas de ramas o pieles. Ya en el Paleolítico Medio (entre 100.000 y 35.000 años a.C.) se produjo un enfriamiento climático, lo que condujo al hombre a la ocupación masiva de cuevas. En el caso de Cantabria se ocuparon en la costa y valles bajos, estando nuestra región aislada por los glaciares.

En el Paleolítico Superior (entre 35.000 y 10.000 años A.C.) son los últimos años de la glaciación y en Cantabria debió aumentar la densidad de población, ocupándose los valles medios. Se perfecciona el arte y se fabrican los conocidos bastones de mando. Dentro del Paleolítico Superior hay varios periodos. El Auriñaciense (35.000 - 20.000) destaca por la cueva de Morín, donde se encuentran los restos humanos más antiguos de Cantabria, el enterramiento del llamado "hombre de Morín". 


Podemos concluir que Cantabria es una región excepcionalmente rica en toda clase de vestigios prehistóricos, destacando especialmente las cuevas del Monte Castillo, en Puente Viesgo. Aún en la actualidad siguen apareciendo numerosas cuevas con restos del arte rupestre. Para un repaso detallado de todo esto, te recomendamos la sección decuevas.
 El Museo de Prehistoria y Arqueología de Santander alberga valiosas coleccio- nes de útiles del Paleolítico, como los bastones de mando Magdalienses encontrados en diversas cuevas.
Altamira: Obra maestra del arte rupestre Bisonte de Altamira Menhir de Sejos, Polaciones
Las glaciaciones concluyen por fin con el término del Pa- leolítico, en el periodo denominado Mesolítico. Con el cambio climático se extienden los bosques, desaparecen especies como el mamut y la línea de costa retrocede varios kilómetros hasta formar el litoral actual.

En este periodo hubo dos culturas: La Aziliense, de la que destacan los enterramientos con ajuar ( Cangas de Onís, Asturias ) y abundantes yacimietos en Cantabria ( valles del Miera y Aras ).
Magnífica colección Aziliense procedente del Piélago
Menhir cercano a la ermita de las Nieves, Guriezo
El Asturiense fue una cultura muy especializada en el marisqueo aunque también cazaba, por lo que se buscó asentamientos que tuvieran cerca la montaña y el mar. Cerca de Unquera, en Co- lombres ( Asturias ), hay un importante enterramiento Asturiense ( El Molino de Gasparín ).

El Neolítico se caracteriza por la aparición de las economías productoras ( agricultura y ganadería ), la piedra pulimentada, la cerámica y el trabajo del metal. En Cantabria, este proceso se retrasa mucho. El carácter funerario o ritual de el hombre de esta época se presenta en nuestra región con numerosos men- hires como los de Sejos, propios de las culturas megalíticas y diversos enterramientos en túmulos y cuevas.
La cultura Neolítica pastoril, una vez in- troducida, debió de convivir mucho tiempo con la cultura Mesolítica caza- dora, aunque poco a poco, se fueron incorporando los rasgos de la cultura Neolítica como la cerámica y los ritos de inhumación colectiva. Con la meta- lurgia llega la Edad de los Metales, también con retraso. Primero la Edad del Cobre, que en Cantabria se corresponde con el fenómeno del megalitismo y una serie de inhumaciones colectivas en cuevas como la de Aer ( Soba ), Los Hornucos ( Campoo de Suso ), La Peñona y La Castañera.
Vasijas con grabados de la Edad del Bronce del Aer
El caldero de Cabárceno
En la Edad del Bronce ( 1800 - 700 a.C. ) se fabrican armas y útiles con este material. No obstante el bronce escasea en Cantabria, lo que hace pensar que en este periodo se tuvieron relaciones comerciales con otras zonas.

Los restos encontrados son de hachas, puntas de flecha y lanza, pu- ñales, espadas y un magnífico caldero irlandés o británico ( 700 a.C. ) encontrado en las minas de Cabárceno. 
En este periodo la ganadería debía ser ya el principal recurso, mientras que la agricultura debió extenderse con menos profusión.
 Los enterramientos individuales con menor o mayor ajuar, parecen denotar un inicio de la estratificación social. También se inicia la ac- tividad minera.

El arte de este periodo es además del megali- tismo tardío, una serie de grabados esquemá- ticos en cuevas y rocas exteriores, destacando Ruanales y Berzosilla en Valderredible, Pico Jano en Vega de Liébana, Hoyo de la Gándara en Rionansa...
La espada de Entrambasaguas
También reseñar los grabados que aparecen en las estelas de Sejos ( Polaciones ), figuras de aspecto antropomorfo. Tras este periodo se inicia la Edad del Hierro que se prolongaría hasta la conquista romana y que coincide con la formación del pueblo cántabro como tal.

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