miércoles, 3 de octubre de 2012

cuento de la vieja Cantabria España


En las tierras de la vieja y misteriosa Cantabria, en lo más profundo de sus abigarrados bosques, allí donde la luz del sol no puede penetrar ya que los centenarios robles, acacias, halledos, encinas, abedules y demás arbolado autóctono junto a una exuberante naturaleza que encierra misterio y leyendas. Como esta que paso a contaros: Hace muchos pero que muchos años, existió y aún dicen que anda por el bosque del Pindio, un ser raro muy raro con un enorme y gordo rabo, orejas puntiagudas y garras por manos. Todo aquel que osara entrar en el bosque los días de viento sur ¡OH! En luna llena, este monstruo conocido por todos como el Rabicondo, salía de lo mas profundo del bosque, y sí te atrapaba desgarraba tus carnes haciendo girones con ella.  Cuenta la leyenda que lo llevaba a una cueva o sima muy profunda, y allí con esos trozos de carne que iba arrancando a las personas hacía mas y mas Rabicondos, que iban de esta manera poblando los bosques de la vieja Cantabria.
         Los hombres de Cantabria son aguerridos y buenos cazadores, así que por todos los valles que forman la región dicen que salieron en busca de estos seres, ya que habían desaparecido varios niños y animales, y después de muchas noches de agua viento frió, poco a poco fueron encontrándolos y después de librar arduas batallas y algunos de los componentes de las cuadrillas de caza quedar mal heridos, cuentan que no se volvieron a ver mas excepto en el Pindio el bosque mas grande y profundo de toda la región, aunque dicen que sigue existiendo, nadie lo ha visto la leyenda se remonta a doscientos años atrás pero el misterio y el miedo hoy siguen vigente. En las noches de luna llena o los días con sus noches de viento sur nadie osa pasar ni tan siquiera cerca. Bien es verdad que durante todo el siglo veinte nunca jamás ha desaparecido, ni personas ni niños. Hace unos años vinieron unos estudiosos de estos temas y después de pasar varios meses apostados en un claro del bosque no ocurrió nada, todo estaba dentro de lo normal.
         Carlos Jesús y Ana son tres hermanos un tanto tímidos y muy tristes, jamás habían pisado este pueblo que está encajonado entre dos altas montañas, es un valle frondoso con ríos que discurren alocados entre la densa vegetación cayendo por desniveles de mas de treinta metros de altura. Dando origen a unas impresionantes cascadas, con bonitos nombres como el salto del águila o la cola de caballo, el diente del oso, y un sin fin de nombres armoniosos, pero bueno a lo que íbamos, a contar la historia de estos tres hermanos que un día por caprichos del azar, tuvieron que aterrizar aquí con unos familiares lejanos que jamás habían visto. Pero que no obstante, estos  les acogieron con todo el cariño del mundo. Al perderse el avión en que viajaban sus padres tíos y abuelos, iban camino de Venezuela, celebraban las boda de un nieto he hijo que emigró algunos años atrás en busca de fortuna, conociendo allí a la que ahora sería su mujer  y decidieron que los niños no perdieran clases y se quedaran internos en el colegio donde cursaban sus estudios, El director les hizo el favor de dejarles durante veintiún días se quedasen como pensionistas, y así fue como pasaron de tener familia a quedarse sin nadie, solo estos parientes lejanos, que en todo momento estuvieron dispuestos a acogerles durante el tiempo necesario, ya que el avión en el que viajaba la familia se perdió en la selva, sin hallarse rastro alguno, por lo tanto de momento estaban solamente desaparecidos, se les busca con intensidad a ellos y a los trescientos veinte pasajeros más. Los tres niños estaban des orientados aún no sabían muy bien porque los habían sacado de su colegio a mitad de curso y de porque tenían que empezar en este que nada tenia que ver con el suyo, los amigos se pusieron muy tristes y algunos hasta lloraron, ellos no querían marcharse pero todo fue inútil al final metieron su pertenencias en aquella especie de camioneta y a ese pueblo inmundo.
         Pronto oyeron lo de la leyenda del bosque, y por supuesto que no se creyeron absolutamente nada pues pensaban que eran cosas de viejas y de pueblo  Carlos tenía trece años era de complexión fuerte sin embargo Jesús era alto y delgado, por eso los del pueblo le pusieron el mote del junco y Ana  aún eran pequeña solo contaba ocho años, los nuevos compañeros no los entendían, claro eran niños de ciudad, y tenían limitaciones frente a los de los pueblos mas avispados mas ágiles y conocían el terreno perfectamente, un día les propusieron entrar en el bosque ya que como no tenían miedo pues que lo demostraran, los tres hermanos estaban un poco artos de todos aquellos chismes y lo único que querían era que les dejaran en paz, y volver pronto a su ciudad y casa con sus padres, así que aceptaron el reto pero los tres ya que no querían separarse de su hermana pequeña, y….. pusieron rumbo hacia las lindes del bosques, les acompañaban toda la chaval ería, pero al llegar a punto nadie quiso pasar, los hermanos siguieron adelante cogieron unos palos por si les salía algún animal, también llevaban unos cencerros para ahuyentarles este se los había dado Pepin el hijo del panadero que no estaba muy de acuerdo con el resto de la panda en que les dejaran entrar allí, ya que ellos lo tenían súper prohibido, y además el miedo a la leyenda les hacia cumplir la palabra que dieron a sus padres de que nunca entrarían en el bosque solos. Les vieron desaparecer entre la vegetación espesa y abundante, el día era gris y una niebla espesa no dejaba ver mas allá de un palmo, esperaron un rato que les pareció eterno pero nada, era sábado así que no tenían que comer hasta las dos, eran ya las doce y cuarto, hacía mas de una hora y media que habían entrado, empezaron a arrepentirse de lo que habían hecho, y decidieron que si en cinco minutos no salían, avisarían a sus padres, aunque la bronca iba a ser monumental y¡ si no salían nunca pensaron!,  se les hizo un nudo en el estomago y mientras en las profundidad del bosque se esta desarrollando algo insólito.
         Alguien les hablaba desde la espesura, les decía, si de verdad no tenéis miedo me mostrar, no quiero asustaros no soy un hombre soy el que cuida de este inmenso y frondoso bosque, ¡sabéis! aquí la naturaleza muestra todo su esplendor en los distintos ciclos, así que esa nieve que veis cubriendo parte del entorno en primavera será el alimento que hará crecer los ríos y todo reverdece y es el momento para reforzar vínculos en los cortejos de los seres que aquí habitan. La naturaleza es libre indomable salvaje pero además es bella sublime y perfecta.
        ¡ De pronto! Carlos vio que sus dos hermanos se recostaban sobre una fina capa de hojas secas, y se adormilaban, -no te asuste, quiero mostrarme algo, pero a ti solo. Ellos permanecerán  aletargados y ahora dime ¿a que habéis venido?, ha sido una apuesta, estamos hartos de que se burlen de nosotros, de no podernos integrar, además  esperamos que todo esto sea un mal sueño, y que un día despertaremos y todo haya pasado. –Mírame soy un hombre el cual tiene todo el cuerpo cubierto de pelo duro, llevamos generaciones viviendo aquí. Siempre habrá uno de nuestra especie, pues nuestra familia es larga, y aunque pase una generación sin que salga uno a la siguiente si, y esté donde esté su padre o madre le traerá aquí o al otro valle, al monte perdido, que es donde nos sentimos seguros. Eres valiente, no te has retirado con repugnancia o miedo, tal vez esta apuesta haya sido positiva, veras aquí existe la laguna de la luna, quiero llevarte allí; pero me tienes que jurar que jamás revelaras nada de lo que aquí ocurra, ¡jurármelo! ahora ya podemos avanzar, no te preocupes por ellos, estarán bien, ¡OH Dios mío que guay es esto ni en mis mejores películas o vídeo juegos está representado algo tan espectacular. Bien ahora piensa en tus padres,  grita a todo pulmón sus nombres, y si están vivos, aparecerán sus figuras junto a todos los demás, indícales que suban a la ladera roja, esa que tienen de frente, y atraviesen esa cascada que parece de abundante agua, y que solo es un efecto óptico, ¡-vamos! grita, grita, sus nombres. Papa, Mama, Papa, Mama, soy yo Carlos, de pronto la laguna se entre abrió y allí en una zona selvática  encerrada toda la naturaleza en una explosión de vida y color allí estaban todos los pasajeros perdidos. Con lágrimas cayéndole por el rostro y sin poder casi articular palabras, dio las instrucciones que aquel ser le dio.  Vio durante unos segundos a sus padres, ¿que ocurrirá ahora? no me habrás engañado, -no espera unos días y pronto recibiréis alegres noticias, volveréis a vuestra ciudad. ¡pero sabes!, sé que tú volverás y preservarás todo esto de una manera distinta a como yo lo hago. Te diré algo mas aquí hay un mundo de sensaciones y de cosas completamente desconocidas a los ojos de los hombres, solo un privilegiado podrá verlas y usarlas y creo que ese serás tú, el tiempo me lo dirá y cuando esto ocurra yo te estaré esperando. Solo tendrás que situarte en las lindes del bosque como hoy y yo sabré que has llegado, y ahora no reveles a nadie nada de lo que aquí has visto, pues aunque las gentes del pueblo saben la verdad, mantienen viva, la leyenda que se forjo hace doscientos años, cuando unos colonos quisieron instalarse y talar esto, así mantienen alejados a curiosos, y ahora vamos de prisa que las caracolas empezaran a sonar para avisar de que os habéis perdido, ¿Cómo lo sabes? Yo sé mucho y cuando vuelvas te lo contaré y te haré participe de toda la magia y belleza que encierra este lugar ¡ah tus dos hermanos triunfarán ¿Y yo, a ti no puedo desvelarte el futuro.
         De pronto se vieron transportados fuera del bosque pero cerca de por donde habían entrado, toda la chaval ería se sintió aliviada al verlos salir, y después de inflarles a preguntas, sintieron un gran respeto por aquellos tres pardillos de ciudad, que vencieron al miedo y entraron en el lugar prohibido. Pronto la noticia corrió por el pueblo y los mayores quisieron saber, pero los tres comunicaron que se perdieron, que no vieron nada más que dos o tres jabalíes, un ciervo y un corzo, y después de dar un montón de vueltas, encontraron un pequeño sendero y lo siguieron.
         Ni que decir tiene la angustia que sintió Carlos durante dos largas e interminables semanas. Hasta que por fin llegó la tan añorada noticia, salió en todos los telediarios a nivel mundial, habían encontrado a todos los pasajeros del avión siniestrado.
         Después de un largo tiempo todo volvió a ser como antes, bueno todo no Carlos cada noche soñaba con aquel paisaje casi mágico y con su amigo el rubicundo como así le llamaban, y que al fin y al cabo era un hombre con una enfermedad poco tratada como es………………., cada noche se juraba así mismo que tenía que volver algún día. Pero esa será otra historia y otra y otra, que os las iré contando no os preocupéis.                        Pasaron los años y todo ocurrió como dijo el Rubicundo, Jesús fue un magnifico físico con proyección internacional y Ana una Medico Neuróloga y descubridora de un gen que curaba el alzeimer, o por lo menos lo mejoraba muchísimo
         Bueno y ahora me despido hasta el próximo relato
A.R.G.       

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