sábado, 12 de mayo de 2012

Viaje a la Indía Entrevista


VIAJE A LA INDIA



27 De mayo del dos mil diez: hora doce del mediodía.

         Entrevista de dos alumnas del Centro de Adultos Caligrama, Faita y Aurora.


A Benito Castillo, propietario del comercio de productos naturales Sándalo y colaborador con este centro en talleres para mejorar la salud del cuerpo y la mente; por ejemplo el yoga.

Benito enteradas del viaje que usted ha realizado a la India. Sentimos curiosidad e interés por saber muchas cosas de cómo se desenvuelve uno, en un país tan lejano.

         ¿Cuándo fue el primer viaje?

Hace doce años, fui a aprender el arte de cultivar el cuerpo y la mente a través del yoga. La primera vez te impresiona todo, las distancias, los medios de locomoción, pues siguen tirando ellos del carrito, aunque últimamente hay muchas bicicletas y bastantes motos. Tuve que ir algunas veces más para poder sacar el título de profesor en esta materia que te enseña sobre todo a tener paz, a evadirte de lo que te rodea, a sentir tu espíritu libre, a abrir tu mente ante las adversidades, a renunciar a cosas superfluas y a todo aquello material que no necesitamos. Dado que en la sociedad en la que vivimos prima, cuanto mas tienes mas vales; ¡gran error!

         ¿Como se vive en este país de tantos contrastes?

Se vive que ya es mucho, la India siempre está en movimiento, es una marea humana que nunca para. La mayoría de sus habitantes a pesar de trabajar diez y ocho o veinte horas, su sueldo no llega ni ha un euro en la mayoría de los casos. Muchos se acuestan sin saber si al día siguiente tendrán algo para comer, pero aún siendo tan pobres, son hospitalarios, disfrutando de las pequeñas cosas que les va ofreciendo el día, son amables y confiados por naturaleza, teniendo siempre una sonrisa franca en su rostro, y aunque sus miradas sean lejanas, reflejen tristeza, sus cuerpos delgados seguirán siempre adelante. Subsisten del turismo de la venta ambulante y de los basureros de las afueras de las grandes urbes, reciclando todo aquello que van encontrando.
         ¿Como se vive en las aldeas?

En las zonas rurales y aldeas, sigue existiendo el dominio de las castas. Así si eres hijo de un comerciante mercader librero etc. Tus hijos se dedicaran a esto, por el contrario si eres de las castas inferiores, nunca podrás optar a otro trabajo que no sea el de servir y el sometimiento a la persona que es tu dueña para siempre de generación en generación

El calor es sofocante y en las aldeas se mezclan, personas, moscas y todo tipo de insectos, la gente convive con las ratas y sus defecaciones, pues el agua en la mayoría de los casos hay que ir a buscarlo a dos o tres kilómetros con tinajas, esto lo hacen los niños y familias de las castas inferiores. La mortandad es terrible ya que carecen de los más básico, aquí no llegan medicinas, ni vacunas, ni se desinfectan heridas ni nada, si hay arroyos cerca, se bañan, lavan utensilios, ropa y todo, con la minima higiene.

Las gentes de las aldeas salen huyendo en busca de una mejor vida, y van hacias las grandes ciudades, creyendo que la vida es como en las películas a las que son tan aficionados. Pero la realidad es mucha mas cruda y de todo eso que vieron en el cine, nada de nada, y empiezan sus calamidades, su desesperación. Pero su orgullo no les permite regresar a la aldea como unos fracasados y prefieren morir en cualquier rincón solos, rodeado de miserias.

         ¿En que ha sido diferente este viaje?


Ha sido distinto a los otros emprendidos años atrás. ¿Por qué? He ido acompañado de mi hija. Ha sido una experiencia única, en este tiempo que hemos pasado juntos nos hemos conocido, hemos intercambiado sensaciones y sobre todo hemos dialogado y compartido todo. He disfrutado de cada rincón de este país mostrándoselo a mi hija, ha visto y sentido la cruda realidad de un país lleno de contrastes. Riqueza en los templos.  Suntuosos palacios, grandes bazares, restaurantes y hoteles de lujo. Pero al lado de todo esto también están los sin techo; aquellos que no tienen nada o casi nada, pero siempre asoma en su rostro una sonrisa. Yo a la vez he visto por primera vez, otra India, a través de sus vivencias, emociones, he percibido algo nuevo que en otra ocasiones se me habían escapado.

Este viaje ha sido de placer, he visitado la India de otra manera junto a mi hija. Pero no me olvidé de mi maestro, al que fui a visitar, dándole una gran alegría. Fue fantástico rememorar mis estancias anteriores. Cuando fui principiante y poco a poco llegué al fondo de la existencia del yoga. Hablamos largo y tendido, ahora casi de tú a tú; meditamos y nos adentramos en el espíritu y centro del yoga. Con alegría y un punto de nostalgia me despedí del maestro hasta la próxima, - espero que no tardes demasiado- me dijo:

Después mi hija y yo seguimos camino, nos embelesamos con la belleza de monumentos por doquier, asistimos a conciertos tanto callejeros como en auditorios, vimos representaciones de teatro, admiramos el arte de todas las culturas que entronca la India y que conviven pacíficamente.

         ¿Qué os habéis traído?

Noches imaginables de de serenidad, silencios eternos. Días de bullicio y gentes por doquier, experiencias de convivir con poco, respeto, sabiduría, paz interior, y un sin fin de sensaciones que no se pueden describir, hay que vivirlas.

Yo siento que la India te atrae. Te embruja, te impregna en la piel sueños, nostalgias y armonía.

Todo esto y más lo he compartido con mi hija, y lo guardaremos con añoranza en nuestros corazones.



                                              FIN         Faita Santa María Unamuno
                                                            Aurora Rodríguez González

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