sábado, 12 de mayo de 2012

cuento del Marumito


EL DÍA QUE MI MADRE ME REGALÓ UN MARUMITO
                                                                                                                                                                                            Mañana es mi cumpleaños, voy hacer nueve, ya me siento un tanto mayor, en casa era todo un ajetreo, estaban decorando el jardín, con guirnaldas y globos de todos los colores, una gran mesa hecha con tableros estaba ya instalada. Alrededor del viejo árbol una gran lona verde cubriéndolo, no nos podemos acercar, pues al parecer está tan viejo el pobre que se caen trozos de ramas, me da pena, siempre había jugado en su entorno. Mis cuentos en verano los devoraba apoyada en su gran tronco.
                      Le he pedido a mis padres que por qué no me regalaban un marumito, -ya tienes uno hija- me contestaron-. Pero yo había dibujado cientos de bocetos con el que realmente soñaba.
                      Tendrás regalos muy bonitos ya verás y no te importará no tener un nuevo marumito, yo no pensaba lo mismo, pero bueno me tenía que resignar.
                      Por fin hoy es el gran día, mis amigos van llegando, así como mis abuelos, que los veo de tarde en tarde porque viven fuera, y me hace mucha ilusión tenerlos cerca, ya que me cuentan muchas historias, ellos fueron los que me hicieron mi primer marumito, era muy bonito, pero ahora ya está viejo, y además yo siempre quise uno como el de la princesa de mi cuento, ese sí que era bonito, por eso le dibujé tantas veces
                      Fui abriendo los regalos, me trajeron de todo, un diario, un maletín de oleos, ropa, colonias, alguna alhaja y así fui recibiendo todos los presentes de mis amigos. Mis abuelos me regalaron un ordenador, pero... faltaba el de mi madre yo la veía pululando por el jardín, pero no había visto que trajeran nada ¡qué raro! De pronto mis abuelos nos llamaron a todos los críos que nos formáramos cerca del viejo árbol, los mayores ya estaban colocados en la otra parte. Mis abuelos muy ceremoniosos dijeron: - Ahora vais a presenciar el regalo de Marina la madre de Laura en el que durante meses hemos trabajado-. Ésta maravilla es un  regalo especial para  su hija. De pronto tiraron de una cuerda y la gran lona verde cayó, Allí estaba el más bonito de los marumitos que yo había visto jamás, colgando del árbol, el asiento era un auténtico trono de princesa, Corrí emocionada, la abracé y me subí en mi marumito y empecé a columpiarme, el aire me daba en la cara, y mi imaginación voló. En ese instante desde las alturas los vi a todos con ricos trajes  haciéndome una reverencia, yo era la princesa, y El marumito mi trono.
                                                                                                           A.R.G.

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